A poco más de una semana de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, los tradicionales diarios La Vanguardia y The Guardian anunciaron que no seguirán realizando publicaciones en la plataforma propiedad del empresario y hombre más rico del mundo, Elon Musk.
En el caso del diario inglés, en su cuenta de X aparece una leyenda en su biografía: "esta cuenta ha sido archivada", acompañada por un enlace que lleva a su página web, en la que se encuentra el comunicado con la explicación de los motivos del alejamiento.
En este se apunta contra el uso interesado de Musk para promover los discursos que convergen con su orientación política: "Creemos que los beneficios de nuestra presencia en X ahora son superados por los inconvenientes y que los recursos podrían utilizarse mejor para promover nuestro periodismo en otros lugares", comienza el escrito de forma general para luego añadir que “X es un medio tóxico y su propietario, Elon Musk, ha podido utilizar su influencia para moldear el discurso político”. La declaración agrega que la campaña durante las elecciones en Estados Unidos sirvieron para confirmar ese punto, y alude a "contenidos que incluyen teorías de conspiración de extrema derecha y racismo".
Poco después del anuncio del martes de The Guardian, La Vanguardia se expresó hoy en el mismo sentido. En su último posteo señala que deja de "publicar tuits de forma directa en la red social X, convertida en una red de desinformación desde la llegada de Musk", quien la adquirió en octubre de 2022 por 44.000 millones de dólares.
Dice el comunicado de La Vanguardia: "Esta red social se ha convertido en una plataforma en la que encuentran una caja de resonancia, las teorías de la conspiración y la desinformación, unas ideas que tienen en lo que una vez fue Twitter una vía para multiplicar su alcance que no tendrían si tuviera una moderación efectiva y razonable"
Señala también que los contenidos virales en esa plataforma son "ideas que atentan contra los derechos humanos, como el odio a las minorías étnicas, la misoginia y el racismo".
La salida de ambos medios se suma a los realizados anteriormente como el de la Radio Pública Nacional (NPR), organización sin fines de lucro, y la Televisión Pública de Estados Unidos (PBS), luego de que la red de Musk las etiquetara como “medios de comunicación afiliados al Estado”. Estuvieron también las salidas de ´X de la cuenta del Festival de Cine de Berlín, y del hospital Royal National.
Estas salidas de grandes medios de comunicación en manos privadas, con sus propios intereses de rentabilidad y de discurso político, se dan en el marco de su disputa con Elon Musk y la gran influencia en los escenarios políticos que adquirieron las redes sociales durante los últimos años. Si bien es evidente el lugar privilegiado que tienen en esa red social el racismo, el clasismo, la misoginia y cualquier discurso de odio contra minorías, no se trata más que de una expresión exacerbada de los discursos y posicionamientos políticos que forma parte de la gran mayoría de los grandes medios de comunicación tradicionales.
El crecimiento de la figura de Musk y de su red social son expresiones del actual período político a nivel internacional, producto de la crisis que arrastra el sistema capitalista desde hace décadas y que se profundizó en 2008. El mismo sistema del que son parte también y defienden las grandes corporaciones mediáticas privadas. Éstas también tienen sus evidentes intereses en difundir cierta información y no otra, de cierto modo y no otro, contribuyendo a las campañas y discursos de determinados sectores políticos y empresariales que les son afines. | 
