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20 de noviembre de 2024 Twitter Faceboock

Historia y presente
20 de noviembre: ¿por qué se conmemora el Día de la Soberanía Nacional?
Redacción

El 20 de noviembre se conmemora en Argentina el Día de la Soberanía Nacional, una fecha que recuerda el Combate de la Vuelta de Obligado, ocurrido en 1845. A 179 años de ese acontecimiento es importante repensar la soberanía nacional y las claves para pelear por una verdadera independencia política y económica.

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El 20 de noviembre de 1845 se dio el famoso Combate de la Vuelta de Obligado, donde las fuerzas lideradas por Juan Manuel de Rosas y el general Lucio Norberto Mansilla resistieron la invasión de una flota anglo-francesa que pretendía navegar libremente por los ríos interiores del país para comerciar sin restricciones.

En aquel entonces las principales potencias europeas de la época, Francia e Inglaterra, con flotas de guerra secundadas por casi un centenar de barcos mercantes, deciden avanzar sobre las costas del territorio del Río de la Plata, más precisamente sobre el río Paraná.

El combate se recuerda con ese nombre debido a que el enfrentamiento se dio en el lugar donde el cauce del río se angosta y gira (Vuelta de Obligado), sitio en el que las tropas de la Confederación intentaron bloquear el paso de esas fuerzas extranjeras. Desde entonces, el mismo simboliza la resistencia frente a las potencias extranjeras que intentaban imponer sus condiciones económicas y políticas.

En el año 2010 se declaró feriado nacional al 20 de noviembre, buscando darle mayor visibilidad a este episodio histórico y como una forma de reivindicar la figura de Juan Manuel de Rosas, pasando a recordarse como "Día de la Soberanía".

El combate de Vuelta de Obligado, ¿un hito en la soberanía nacional?

Repensar la soberanía

Un nuevo aniversrio de aquel acontecimiento es un buen momento para repensar los debates en torno a la independencia política y económica del país, en un contexto marcado por una fuerte crisis económica y social, una deuda externa gigantesca y una relación de profunda dependencia con las potencias imperialistas y el capital financiero internacional. Una oportunidad para reflexionar acerca de que la lucha por la soberanía incluye no solo la defensa del territorio nacional, sino también la lucha contra las injerencias extranjeras y las políticas económicas que perpetúan la dependencia y el sometimiento a estos intereses.

Es imposible pensar la soberanía nacional en 2024 sin abordar una serie de cuestiones críticas que reflejan tanto los desafíos actuales como las propuestas para una verdadera independencia económica y política:

  1. La relación con el FMI y el peso de la Deuda. Pensar la soberanía hoy implica cuestionar y desconocer de manera soberana (justamente) la fraudulenta deuda externa que pesa sobre el país, así como plantear la ruptura con el Fondo Monetario Internacional. Esto permitiría preservar los recursos económicos para atender las urgentes necesidades sociales del país, en lugar de destinarlos al pago de una deuda considerada impagable, ilegal e ilegítima. En definitiva, la deuda externa no es más que un mecanismo de dominación que perpetúa la dependencia económica y política del país, subordinando las decisiones económicas a los intereses del gran capital.
  2. Nacionalización de Recursos Estratégicos. La nacionalización de recursos como el gas y el litio, y la gestión estatal del comercio exterior bajo control de los trabajadores son cuestiones fundamentales para pelear por una verdadera soberanía nacional. Resortes claves que permitirían evitar el saqueo de los bienes comunes naturales y garantizar que los recursos del país se utilicen para el beneficio de la población y no de las grandes corporaciones internacionales.
  3. La nacionalización del Comercio Exterior y el sistema financiero. Sin dudas, medidas cruciales para evitar la fuga de capitales y asegurar que los ingresos por exportaciones se destinen a satisfacer las necesidades del país y de la población. Una defensa elemental contra los vaivenes económicos globales, la especulación y la usura imperialista.
  4. Injerencia de potencias extranjeras. En un contexto donde se observan intentos de restringir derechos democráticos, como el derecho a la protesta, es crucial defender y ampliar estos derechos luchando contra las leyes que buscan criminalizar la protesta social. Las leyes antiterroristas, entre otras, han sido herramientas digitadas por potencias como Estados Unidos que se deben rechazar. Además, los ejercicios militares conjuntos en territorio nacional se han vuelto una práctica común, en un alineamiento cada vez más estrecho con la política y los intereses de EEUU. Su presencia militar, los acuerdos de cooperación en defensa, la instalación de bases y la vigilancia de rutas comerciales como la Hidrovía del Paraná son ejemplos de esta injerencia que es necesario rechazar así como redoblar la pelea por reclamos históricos como copntra la ocupación de territorios nacionales, como las Islas Malvinas.
  5. La cuestión de la tierra. En la Argentina unos 4000 terratenientes concentran la mitad de las tierras productivas. Una parte de estos proviene de las apropiaciones de tierras en base al genocidio de los pueblos indígenas. La otra está en manos de extranjeros. Por el contrario, miles de trabajadores del campo viven en situaciones nefastas, bajo los peligros de los agrotóxicos y en regímenes de explotación laboral de semiesclavitud. Expropiar esas tierras es una medida clave para redistribuir la tierra de manera más equitativa, favoreciendo a pequeños productores y cooperativas y que pueda ser utilizada para promover una producción agroecológica sustentable, produciendo alimentos accesibles que puedan satisfacer las necesidades de la población.

A 179 años del Combate de la Vuelta de Obligado, estas son tan solo algunas de las medidas que es necesario poner sobre la mesa para rediscutir y repensar la idea de soberanía nacional, empezando por romper con el modelo de dependencia y sometimiento al capital extranjero que rige en la actualidad y que ha sido defendido a lo largo de todos estos años por los distintos gobiernos de turno, ya sean peronistas, macristas o ahora el gobierno de Milei.

 
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