Las negociadores de Israel y Hamás han acordado un alto el fuego en Gaza, según anunció Qatar el miércoles por la noche en una conferencia de prensa en Doha. El acuerdo entrará en vigor el domingo, durará 42 días y prevé el intercambio de rehenes detenidos por Hamas y palestinos detenidos en cárceles israelíes.
El acuerdo aún debe ser ratificado formalmente por el gabinete de seguridad israelí que se reunirá el jueves a las 11:00 hora local. El ultraderechista ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich ya había anunciado que rechazaría cualquier acuerdo y luego de conocido el anuncio de este miércoles lo calificó de "malo y peligroso" para la seguridad nacional del Estado de Israel. A Smotrich, que es colono y líder del partido supremacista judío Sionismo Religioso, se sumó el ministro de Seguridad Nacional, el también colono y extremista Itamar Ben Gvir, que amenazó con no apoyar el acuerdo. Sin embargo, el Gobierno tendría apoyo mayoritario para aprobar el cese al fuego, aunque podría quedar golpeado si este sector de ultraderecha y supremacista decide abandonar la coalición que sostiene a Netanyahu.
Por su parte, para aplicar el acuerdo, el equipo negociador de Hamás debe obtener el consentimiento de los comandantes del grupo en Gaza, incluido Muhammad Sinwar, cuyo hermano Yahya dirigía el grupo antes de ser asesinado por Israel en octubre.
De aplicarse, el alto el fuego permitiría la liberación de los rehenes israelíes retenidos en Gaza y de los prisioneros palestinos en Israel, tras más de un año de genocidio contra el pueblo palestino que se cobró la vida de decenas de miles de gazatíes, en su mayoría mujeres, niños y niñas, extendiendo israel durante este período los ataques y persecusiones sobre Cisjordania, y comenzando una guerra en Líbano poniendo en alerta a toda la región.
Otros aspectos del acuerdo incluyen el regreso de los palestinos que han sido desplazados a la fuerza por el Ejército de Israel a sus hogares en la Franja de Gaza. El acuerdo también prevé que se permitan y faciliten los viajes para las personas heridas por los ataques israelíes y de los enfermos para que reciban tratamiento, así como el despliegue de fuerzas israelíes en la frontera de Gaza.
Los informes de este acuerdo dicen que los rehenes serán liberados por etapas. Alrededor de 250 palestinos condenados por Israel a cadena perpetua serán liberados como parte del intercambio. En total, se espera que unos 2.000 prisioneros palestinos sean liberados en el acuerdo.
El inminente alto el fuego en la Franja de Gaza durará seis semanas, y Hamás liberará a tres rehenes cada semana, según Reuters. Hamás liberará primero a las mujeres rehenes y a los menores de 19 años, seguidos de los hombres mayores de 50 años. Israel liberará a 30 prisioneros palestinos por cada rehén liberado y a 50 por cada mujer soldado israelí. Hamás liberará a un total de 33 rehenes durante la primera fase, incluidas todas las mujeres (soldados incluidos), los niños y los hombres mayores de 50 años.
Este acuerdo llega en un contexto de gran crisis política de Israel y con una creciente debilidad del primer ministro Netanyahu.
Las cifras de un genocidio
Desde el 7 de octubre de 2023, el Estado de Israel desató un genocidio sobre la población palestina de la Franja de Gaza, que incluyó la destrucción de infraestructura, escuelas, hospitales y viviendas, como así también una política sistemática de limpieza étnica que obligó al desplazamiento forzado de gran parte de la población.
Según cifrás de las autoridades sanitarias de la Franja de Gaza, que incluso algunas organizaciones estiman conservadoras, más de 46.000 palestinos fueron asesinados por Israel durante los ataques del último año y tres meses. La mayoría de los muertos son civiles -mujeres, niños y ancianos.
Otras 110.000 personas han resultado heridas, más de una cuarta parte de las cuales viven ahora con lesiones que les cambian la vida, como amputaciones, quemaduras graves y lesiones en la cabeza.
Además, se estima que unas 10.000 personas más, muchas de ellas desaparecidas, se encuentran sepultadas en edificios derrumbados por los ataques israelíes. Debido a la falta de equipo pesado o combustible para excavar entre las ruinas de acero y hormigón, nunca se pudieron recuperar sus cuerpos.
De hecho un estudio publicado este mes por la revista The Lancet concluyó que el balance oficial subestimó las muertes por lesiones traumáticas en los primeros nueve meses de los ataques por lo que “las cifras reales de mortalidad probablemente superaron las 70.000” personas.
En cuanto a la infraestructura, al menos nueve de cada diez viviendas de la Franja de Gaza han sido destruidas o dañadas, según las últimas cifras de la ONU. También han sido atacados repetidamente escuelas, hospitales, mezquitas y cementerios, comercios, rutas e infraestructura como saneamiento y plantas desalinizadoras. Esto último provocó epidemias de enfermedades por las terribles condiciones sanitarias y la deshidratación a la que se vieron sometidos cientos de miles de gazatíes.
Casi todos los edificios escolares de Gaza han sido dañados o destruidos y ninguno está en funcionamiento. Los 660.000 niños en edad escolar de Gaza no han tenido acceso a la educación formal durante más de un año. Según un estudio realizado por académicos de Cambridge y la ONU los ataques de Israel harán que la educación retroceda hasta cinco años en la Franja de Gaza corriendo además el riesgo de crear una generación de jóvenes permanentemente traumatizados.
En cuanto al sistema de salud, en enero de 2025 la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que 654 centros sanitarios habían sido atacados por Israel. Más de 1.050 trabajadores de la salud, incluidos enfermeros, paramédicos, médicos y otro personal médico, fueron asesinados, muchos de ellos en sus lugares de trabajo. Decenas de personas más fueron detenidas y al menos tres murieron bajo custodia israelí. A finales de 2024, solo 17 de los 36 hospitales de Gaza funcionaban parcialmente.
El genocidio israelí también incluyó una política sistemática de limpieza étnica con desplazamiento forzado de personas. Alrededor de 1,9 millones de personas han sido desplazadas, el 90% de la población, y muchas de ellas se han visto obligadas a desplazarse repetidamente ya que el Ejército israelí los enviaba a supuestas "zonas seguras" que luego terminaba bombardeando. De hecho los campos de refugiados han sido bombardeados en repetidas ocaciones.
Cientos de miles de personas viven ahora en campamentos de tiendas de campaña y en refugios extremadamente abarrotados, con malas condiciones sanitarias y acceso limitado a agua potable.
La brutalidad de este genocidio, transmitido en vivo para todo el mundo, generó una indignación internacional tanto con el Estado de Israel y el gobierno de Netanyahu, como con los gobiernos de los países imperialistas aliados a Israel y complices de la matanza. Cientos de miles de personas se movilizaron en Estados Unidos, Europa y otros países del mundo, como así también dentro del mundo árabe, para cuestionar el genocidio sionista. En esos países una nueva generación de jóvenes se puso de pie en apoyo al pueblo y a la causa palestina como no se veía en décadas.
Con información de Middle East Eye, Al Jazeera y The Guardian. |