Los trabajadores y trabajadoras papeleros no son ajenos a los ataques al salario, las condiciones y puestos de trabajo. Desde las grandes empresas del sector hasta las “pymes”.
La paritaria quedó congelada desde octubre. El gobierno quiere imponer sumas a la baja para homologar los convenios, lo que aprovechan las empresas para evitar acuerdos.
Dirigentes del sindicato denunciaron que “los trabajadores estamos asistiendo a un congelamiento salarial de hecho, con paritarias condicionadas a no exceder los índices inflacionarios oficiales, que no guardan relación alguna con la realidad”. En ese marco reconocieron que “si consideramos esta pérdida acumulada, estaríamos hablando de una merma de entre el 10% y el 15% en el poder adquisitivo de los trabajadores".
Sin embargo, a pesar de la bronca obrera y la intransigencia patronal, las medidas de fuerza se hicieron esperar. Recién este 14 de enero comenzó una medida de fuerza en casi todas las plantas del país. Las empresas ni siquiera estaban pagando el bono acordado.
La medida convocada por la Federación fue tomada por los sindicatos de base con fuerte adhesión desde abajo, aunque en un período donde en muchos lugares están con vacaciones.
Ante la escalada del conflicto, la Secretaría de Trabajo decretó un período de conciliación obligatoria por quince días. Los mismos funcionarios que no habían movido un pelo para que se concrete la negociación paritaria. Para Milei hay libertad para no pagar los aumentos pero no libertad para que los trabajadores utilicen sus herramientas históricas de lucha. Una libertad absolutamente falsa, a medida de los empresarios.
El de papeleros es otro de los conflictos que venimos viendo en los últimos meses. Ante el ajuste, las conducciones sindicales dejan pasar, dejan pasar, hasta que las provocaciones patronales y la bronca obrera no les deja otro camino que tomar medidas más contundentes. Lo vimos en la FOTIA Tucumán, Metalúrgicos, Ceramistas, UTA, entre otros.
Hay que exigir que los sindicatos locales y seccionales convoquen asambleas para que los que hacen funcionar las empresas de celulosa, cartón y papel puedan decidir como defenderse de los despidos y el ataque al bolsillo. |