Se está evaluando la posible instalación de una planta de hidrógeno «verde, denominada INNA de AES Andes, la que será ubicada entre 5 y 11 kilómetros del observatorio astronómico Paranal. El proyecto contempla plantas de producción de amoníaco e hidrógeno, un puerto y unidades de generación eléctrica produciendo una alta contaminación lumínica en la zona, aumentando el brillo entre 10 % y 40 %, un aumento en la polución que ensuciará los lentes de los telescopios y traerá cambios en la atmósfera que afectarán directamente la visual de los mismos. Es por ello que en la comunidad científica encendieron las alarmas al verse amenazados los observatorios astronómicos Paranal y Armazones, dos de los más importantes a nivel mundial, que cuentan con las mejores condiciones por el cielo excepcionalmente oscuro.
No podemos olvidar que gracias al observatorio Paranal han ocurrido importantes avances científicos, como la primera imagen de un exoplaneta, la confirmación de la expansión acelerada del universo y estudios clave que llevaron al Premio Nobel de Física 2020 por el descubrimiento del agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea. Además, el cercano Cerro Armazones alberga la construcción del Extremely Large Telescope (ELT), que será el telescopio óptico más grande del mundo.
Ante este proyecto el director del centro astronómico de la Universidad de Antofagasta, Eduardo Unda-Sanzana, comentó: “no estamos en contra de los proyectos de energías limpias, solo queremos que busquen otro lugar lejano a nuestro laboratorio natural de astronomía, el mejor del mundo para esta ciencia".
Por otra parte, el gobierno de Gabriel Boric entra en una encrucijada, ya que busca férreamente mantener la producción de energías verdes y renovables, pero también dice buscar el avance científico, más en una región que se caracteriza por su trabajo en la astronomía. ¿A qué le dará la prioridad? ¿A los avances en la ciencia o que un grupo de empresarios se llene los bolsillos a costa de más contaminación ambiental?
Si bien ha sido toda una discusión entre la comunidad científica y los empresarios de AES Andes, quienes buscan a toda costa justificar la construcción de este megaproyecto, justificando la contaminación que se producirá planteando medidas de mitigación, y aun sin un pronunciamiento del gobierno frente a esta situación, cabe preguntarse, cómo enfrentar este ataque a la ciencia en uno de los cielos más ricos para el estudio del universo.
Quienes hoy deberían ser actores dentro de esta decisión son las y los trabajadores de los observatorios, junto con la comunidad científica y las comunidades aledañas, donde lo que prime sea el avance de la ciencia y la salud de la población por sobre las ganancias de los empresarios verdes. Por ello es necesario frenar el avance de este megaproyecto, que no basta solo con cambiarlo de lugar, sino que también se necesita llevar adelante un estudio del impacto ambiental que tendrá en la zona la producción de estas energías renovables que van en favor de las grandes mineras y no de mejoras en la vida de la población. |