Durante 15 meses, Israel y Estados Unidos han intentado borrar del mapa al pueblo palestino. Han fracasado debido a la sumud (firmeza o perseverancia) palestina y porque el movimiento global por la libertad palestina no se lo permitió.
Durante los últimos 15 meses, el pueblo palestino se mantuvo firme, siguió informando sobre el terreno, brindando atención médica, manteniendo sus escuelas y universidades en funcionamiento y permaneciendo en comunidad y comprometido a regresar a sus hogares y tierras, a pesar de los horrores interminables e indescriptibles infligidos por el ejército genocida israelí.
Durante los últimos 15 meses, el movimiento de base del que forma parte Jewish Voice for Peace (JVP) ha constituido el mayor y más sostenido movimiento contra la guerra en medio siglo. Mientras los grandes medios de comunicación intentaban encubrir los crímenes de guerra israelíes y el gobierno estadounidense reprimía toda oposición a esas atrocidades, el movimiento de solidaridad con Palestina se negó a ceder su poder a esas instituciones violentas. Desde las estaciones de tren hasta los ayuntamientos y los pasillos del Congreso, una cantidad sin precedentes de personas –incluida una cantidad sin precedentes de judíos– pasaron estos últimos 15 meses organizándose incansablemente para garantizar que la situación actual fuera imposible hasta que cesara esta campaña de aniquilación.
Y el impacto fue enorme. En noviembre pasado, dos tercios de la población estadounidense, incluida una mayoría de judíos estadounidenses, apoyaron un embargo de armas a Israel para detener el asesinato incesante de palestinos.
Se trata de un alto el fuego frágil
Nuestra tarea más urgente es garantizar que se mantenga este alto el fuego. Como escribió JVP en nuestra declaración oficial: "Nos aferramos firmemente a la esperanza de que cesen los bombardeos militares israelíes, de que termine la hambruna que padecen los palestinos a manos del gobierno israelí, de que comience la reconstrucción en Gaza y de que los rehenes retenidos en Israel y en Gaza regresen a sus familias".
El miércoles, tras el anuncio de un acuerdo de alto el fuego, los palestinos de Gaza salieron a las calles en señal de celebración y alivio. Este alto el fuego podría salvar incontables vidas, pero sabemos que este momento es frágil y, si se deja en manos de los gobiernos israelí y estadounidense, no se mantendrá.
En tan sólo las 24 horas que transcurrieron desde que se anunció el alto el fuego, el gobierno israelí mató a más de 80 palestinos. Sabemos que, incluso cuando las bombas dejen de caer, Israel ya habrá destruido las condiciones de vida en Gaza. Ahora es el momento de intensificar nuestra lucha para poner fin de verdad al genocidio de los palestinos por parte del gobierno israelí. Nos hacemos eco de las palabras del Centro Árabe de Recursos y Organización (AROC), que nos recuerda:
"Al conmemorar este alto el fuego, es hora de redoblar nuestros esfuerzos con demandas claras:
Garantizar que el alto el fuego siga siendo permanente.
Exigir que Israel retire sus fuerzas militares de Gaza, Líbano, Siria y todos los territorios ocupados.
Garantizar ayuda sin restricciones y la reconstrucción de Gaza.
Hacer que Israel rinda cuentas por sus crímenes contra la humanidad.
Depende de todos nosotros garantizar que este acuerdo temporal se convierta en el fin del genocidio y en un cambio real: el levantamiento del asedio de Israel a Gaza y el desmantelamiento y el fin de la ocupación y el apartheid israelíes.
Eso significa que el alto el fuego es un llamado a organizarnos más que nunca. Esto significa que tenemos que luchar con energía renovada para detener el flujo de armas y fondos militares estadounidenses a Israel. Esto significa resistir la cínica legislación del Congreso estadounidense que busca sancionar a la Corte Penal Internacional por hacer que los criminales de guerra israelíes rindan cuentas. Esto significa continuar la lucha para desinvertir [en las empresas y corporaciones que aoyan] el genocidio israelí y la economía del apartheid en todos los niveles de la sociedad, desde los campus universitarios hasta [el apoyo económico que sale de las arcas de los] tesoros estatales.
Nuestros movimientos tienen poder. Nos comprometemos nuevamente a seguir construyendo ese poder y a organizarnos para lograr la liberación palestina y un futuro justo y libre para todos. | 
