Javier Milei continúa su gira por Estados Unidos, entre foros liberales y la asunción de Donald Trump. Pero este domingo tenía una actividad central: la reunión con la titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.
En el encuentro estuvieron también el ministro de Economía, Luis Caputo, y el canciller Gerardo Werthein, así como Karina Milei. El resultado de la reunión, por ahora, corrió por cuenta de Georgieva, que habló a la salida. “Fue una excelente reunión en el marco de un tremendo progreso que ha hecho la Argentina, con la inflación en baja, la estabilización de su economía, que ha comenzado a crecer”. Además, dijo que “la pobreza ha bajado” y “la población argentina empieza a ver algunos beneficios” de ese supuesto progreso.
El vocero Adorni se jactó de las declaraciones de "mamá buitre".
El diagnóstico de los burócratas del FMI, desde Washington, no tiene asidero. Saben que la “estabilización” depende de muchos factores que están fuera de control de la gestión mileísta, incluído el volumen de reservas y las políticas que continuarán a la asunción de Trump. Tengamos en cuenta que además la gestión libertaria tiene que resolver el problema de los vencimientos de deuda de 2025, 2026 y 2027. Es consecuencia de los préstamos que tomó el mismo Caputo. Por eso es tan importante para el gobierno esos “fondos frescos”. Más que un premio al progreso, es un salvavidas (que siempre termina siendo de plomo).
Sobre los “progresos” que ve desde su oficina en Washington la jefa del fondo no hay mucho por decir. El único dato científico de pobreza sigue siendo altísimo y a pesar de la baja de la inflación, el poder adquisitivo de millones está destruido, como marca la caída del consumo.
Pero los elogios del Fondo siempre se parecen al abrazo del oso. Por eso la funcionaria dijo que “vamos a trabajar en un nuevo programa” y confirmó el envío de una misión. Aunque adelantó que con Milei ya armaron “una hoja de ruta del plan económico”.
Se sabe que el Presidente tiene como objetivo conseguir de 11.000 a 20.000 millones de dólares. Eso le permitiría, según sus cálculos, frenar eventuales corridas del dólar y blindarse para una hipotética eliminación del cepo.
Desde el FMI ya adelantaron sus primeras advertencias, en el reciente informe sobre el acuerdo que aún está vigente. “Para allanar el camino hacia la recuperación del acceso a los mercados, será necesario adoptar una estrategia creíble para desmantelar los controles cambiarios, una mayor flexibilidad cambiaria y un papel más significativo de la política monetaria”.
Más allá de las cuestiones más inmediatas sobre política cambiaria y acumulación de reservas, el Fondo sigue manteniendo sus históricos planteos a cambio de los desembolsos. “Reformas estructurales” que aumenten la flexibilidad laboral y los beneficios para las grandes empresas. Si bien Milei ha tomado medidas en ese sentido, desde la Ley Bases y el RIGI hasta el propio ajuste ponderado por Georgieva, los grandes buitres siempre piden más. El objetivo es aumentar el saqueo del país, que permita mejorar las ganancias de la clase empresaria pero también los fondos que son destinados al pago de la fraudulenta deuda externa.
Para reforzar su estrategia, Milei participó además de foros con instituciones liberales y trumpistas. El “broche de oro” será su participación en la asunción de un nuevo mandato de Donald Trump. Es que la posibilidad de un acuerdo está muy ligada a los favores de Trump, que espera a cambio un alineamiento cada vez más "carnal" de Argentina con Estados Unidos.
Todas las sonrisas forzadas de los jerarcas imperiales y sus socios locales tienen como telón de fondo un mundo cada vez más convulsionado y una crisis económica y social que sigue acumulando tensiones. |