A 5 días de desatarse el incendio forestal en Epuyén, Chubut, las llamas comenzaron el pasado miércoles 15 de enero, el fuego continúa fuera de control. Ya se han quemado más de 3.000 hectáreas de bosques y plantaciones, y la situación sigue siendo crítica. Ayer se inició un nuevo Incendio en Atilio Viglione y el fuego ya consumió 2.000 hectáreas de bosque nativo y pastizales.
El incendio forestal que se desató el pasado miércoles 15 de enero en Epuyén continúa activo y ya ha consumido aproximadamente 3.075 hectáreas de bosque implantado, bosque nativo, matorrales y pastizales. Las autoridades informaron que hasta el momento no se cuenta con datos oficiales sobre viviendas afectadas, y la causa del incendio sigue siendo materia de investigación.
En el incendio forestal de Epuyen se hizo notorio que la combinación del fuerte viento, la sequía y los pinos exóticos ayudaron a la rápida propagación del incendio. Pero también hicieron evidente la desinversion y las prioridades políticas de un gobierno ajustador y negacionista del cambio climático que son las razones resumidas de un incendio que sigue arrasando todo a su paso.
El gobernador Torres, justifica con argumentos falaces la nula preocupación del Gobierno nacional y provincial por combatir y prevenir los incendios. Un discurso que no alcanza para cubrir las políticas que priorizan los negocios privados por sobre la preservación de nuestros bienes naturales.
El calentamiento global, más brigadistas precarizados, una infraestructura eléctrica en malas condiciones y una logística para combatir los incendios desfinanciada, hacen que cualquier incendio se convierta potencialmente en una catástrofe.
La falta de control por parte de los organismos gubernamentales hace que los monocultivos forestales, el pino, sea la principal causa de los incendios masivos que se producen y se siguen produciendo en todo este territorio, así como en la mayoría del resto de provincias del país y de Latinoamérica.
Un dato, cada pino consume 70 litros de agua por día, secan los suelos por sus raíces invasivas que a su vez no permiten que crezca la flora nativa a su alrededor, la corteza, hojas (hifas) y ramas que desprenden son de alta combustión, sudan aceites y resinas altamente inflamables y tóxicas para los pobladores. No solo el suelo sufre un gran desgaste sino que además generan un ambiente ideal para los incendios por causa de la combustión del material seco que acumulan.
Incendios, sequía, pérdida de bosques y destrucción del suelo, son los efectos negativos que nos sirven para dimensionar la realidad de la catástrofe que provocan los incendios. Dicen los gobiernos y los empresarios que la producción de pinos significa progreso, cuando es exactamente lo opuesto: la destrucción del ecosistema, dejando consecuencias gravísimas e irreversibles a largo plazo.
Pero los incendios forestales no son solo un problema práctico, sino también uno político y económico, que deben ser abordados integralmente para poder reducir su aparición. Es importante destacar el rol de la industria forestal en la generación de incendios por su impacto en el agua disponible en el suelo y los cambios en la biomasa en las zonas periféricas, así como también la política de aguas y de estructuración de las ciudades y caminos en la aparición de estos incendios.
Un informe de Greenpeace señala que “Argentina está en emergencia forestal y que la superficie afectada por incendios forestales en la región de los Bosques Andino Patagónicos de Argentina durante el período octubre 2023 – marzo 2024 fue de 7.747 hectáreas y que Chubut concentra el 90% de los incendios forestales en la Patagonia en el último año”.
Así también otro informo señala que, en diez años, los incendios en la cordillera de Chubut el fuego consumió más de 147.870 hectáreas, es decir se consumieron tierras equivalentes a siete ciudades de Buenos Aires.
Tomando en cuenta solo la última década, la sucesión de incendios da una clara magnitud del desastre. En 2015, más de 40.000 hectáreas de bosques nativos fueron consumidas por las llamas, que se originaron cerca del valle del lago Cholila. Entre 2014 y el verano de 2015, los departamentos de Cushamen y Futaleufú sufrieron un intenso período de incendios forestales. Se contabilizaron alrededor de 224 focos que devastaron donde se quemaron 13.289 hectáreas. Las alarmas volvieron a encenderse en 2020, con un incendio en Esquel que afectó 6.293 hectáreas quemadas, y en 2021, con más de 17.841 hectáreas arrasadas por el fuego en la Comarca Andina. Entre 2022 y 2024 hubo tres incendios de gran magnitud en la zona cordillerana: en los Bosques Andinos se quemaron 80.292 hectáreas; en el Parque Nacional Los Alerces, 18.854; y en Río Pico, 6.985. En enero de 2022, también se desató un voraz incendio forestal en Puerto Madryn, llegando a afectar Península Valdés, donde las llamas consumieron más de 80.000 hectáreas.
Foto de incendio en Atilio Viglione
Ante este incendio forestal surgió una amplia campaña de solidaridad en apoyo a las familias afectadas por el incendio y a los combatientes del fuego que se extiende en toda la provincia desde abajo. Juntada de ropa, colectas de dinero, festivales han hecho que en pocos días el pueblo trabajador de la provincia abrazara la causa de ayudar a todas las familias afectadas por el incendio.
Desde la izquierda también somos parte de esta campaña de solidaridad con las más de 200 familias que perdieron todo en el incendio, siendo parte de las actividades que se impulsan en las distintas ciudades de la provincia, pero también impulsando un proyecto de ley en la legislatura provincial para garantizar todos los recursos necesarios para resolver las necesidades de las y los damnificados y reforzar los recursos para apagar el fuego y también en el Congreso Nacional para que se declare la emergencia nacional en la provincia de Chubut que señala en su artículo 1° "Declárese la emergencia ígnea y territorial para la localidad de Epuyén y alrededores de la provincia de Chubut afectados por los incendios, incluyendo sus habitantes, animales, viviendas, instituciones, galpones, diversas producciones hasta tanto esté garantizado el total recupero de las pérdidas ocasionadas".