En el Golfo San Jorge, la empresa LUEZ SRL propuso una reducción del 30% en el convenio colectivo de trabajo, argumentando altos costos laborales que representarían hasta el 63% de la producción. Esta medida fue rechazada por el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), que reafirmaron las propuestas previas realizadas por el sindicato, pero se mostraron dispuestas al dialogo buscando un acuerdo que no represente una perdida para los trabajadores. La audiencia realizada el pasado 22 de enero en Comodoro Rivadavia concluyó sin acuerdo, postergando la resolución del conflicto para una nueva reunión el próximo 6 de febrero.
Simultáneamente, en Mar del Plata, el cierre del frigorífico Sur Trade dejó a más de 140 trabajadores sin empleo, reflejando una problemática estructural en el sector. La Cámara de Frigoríficos Exportadores de la Pesca (CAFREXPORT) ya había advertido sobre la inviabilidad de la actividad debido a la presión tributaria y la falta de demanda internacional. La crisis afecta también a las cooperativas que dependían de esta planta, aumentando el impacto social y económico en una región donde la pesca representa el 56% del PBI.
Estos casos no son aislados, sino que forman parte de un patrón de ataques patronales y despidos en distintos sectores del país. Los despidos masivos en la industria pesquera y en otros sectores como la manufactura, el comercio y los servicios reflejan la intención de las patronales de descargar la crisis sobre los hombros de los trabajadores, mientras acumulan ganancias a costa de salarios bajos y condiciones laborales precarias.
La respuesta debe ser clara: unidad, movilización y resistencia. Es necesario un plan de lucha que enfrente esta ofensiva y exija la reincorporación de los despedidos, el respeto a los convenios colectivos y la mejora de las condiciones laborales. La crisis no puede ser una excusa para atacar a quienes sostienen la economía con su trabajo diario. |