Este sábado se llevará a cabo una manifestación nacional en Argentina convocando a una "marcha federal del orgullo Antifascista y Antirracista” desde la multitudinaria asamblea de mujeres y disidencias sexogenéricas realizada en el parque Lezama, Buenos Aires.
Se trata de la respuesta inmediata al discurso de Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos, en el cual afirmó que "en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil" y asoció a parejas homosexuales con la pedofilia. Además, criticó duramente a la izquierda y al movimiento por los derechos del medioambiente, asegurando que la responsabilidad ambiental no recae ni en las empresas ni en la humanidad. Estas afirmaciones han provocado un fuerte rechazo en diversos sectores de la sociedad, que ven en ellas un ataque a los derechos humanos y a los avances sociales en materia de igualdad y justicia ambiental.
El odio de Milei
"Vaya tarea que se mandaron con estas aberraciones del aborto. Desde estos foros se promueve la agenda LGBT, queriendo imponernos que las mujeres son hombres y los hombres son mujeres sólo si así se autoperciben y nada dicen de cuando un hombre se disfraza de mujer y mata a su rival en un ring de boxeo o cuando un preso alega ser mujer y termina violando a cuanta mujer se le cruce por delante en la prisión.", fue una frase de Milei que generó masivas concentraciones en Argentina a dos días de su discurso.
Y es que los aberrantes dichos de Milei se inscriben en el contexto del ascenso de referentes de la ultraderecha, como Donald Trump en Estados Unidos, quienes fomentan discursos de odio y división. Este fenómeno global ha generado un ambiente en el que se promueven políticas cada vez más reaccionarias y regresivas, que amenazan con retroceder en avances cruciales como el derecho al aborto, el reconocimiento de los derechos de las personas transdiversas, la defensa de las culturas, el derecho a un medioambiente saludable y, por supuesto, los derechos de la clase trabajadora. Bajo este enfoque, se vislumbran despidos masivos y discriminatorios, reducción de presupuestos públicos y la eliminación de organismos clave que protegen estos derechos fundamentales.
En Argentina, Javier Milei ya ha comenzado a implementar políticas que vacían los derechos de la comunidad LGTBIQA+. Ha recortado recursos y eliminado espacios de contención fundamentales, como la línea 144, destinada a asistir a personas en situaciones de violencia. Además, ha despedido a trabajadores del cupo laboral travesti-trans, eliminado el acceso a tratamiento para el VIH y restringido el acceso a hormonas, golpeando directamente a la salud y los derechos de las personas trans y no binarias.
Asimismo, ha anunciado la presentación de un proyecto para derogar la tipificación del agravante por motivos de género (femicidio) en el Código Penal, lo que representa un ataque directo a los avances en la lucha contra la violencia machista. Con esta medida, el gobierno de Milei busca abrir la puerta a la intensificación de asesinatos de mujeres y disidencias, garantizando impunidad frente a los crímenes de odio motivados por el machismo y el patriarcado.
En cuanto al derecho a la cultura y a la memoria, Javier Milei ha socavado las políticas de Memoria, Justicia y Verdad mediante el desmantelamiento de los trabajos realizados por los empleados del Archivo de la Memoria de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), un espacio clave en la lucha por esclarecer los crímenes del terrorismo de Estado durante la dictadura argentina. Este ataque no solo implica un retroceso en la preservación de la memoria histórica, sino también un intento de borrar o diluir la responsabilidad del terrorismo estatal, lo que representa una grave afrenta a las víctimas y a la sociedad en su conjunto.
Por otro lado, el gobierno de Milei también ha lanzado un ataque directo contra los trabajadores de los servicios públicos, especialmente en el ámbito de la salud. El cierre del Hospital Laura Bonaparte (Combate de los Pozos 2133) es un claro ejemplo de este desmantelamiento, que ha desatado una intensa lucha de los trabajadores contra los despidos masivos y el vaciamiento de esta institución, que es un referente crucial en salud mental. Este cierre no solo pone en riesgo la atención de miles de personas que dependen de este servicio, sino que también demuestra una clara política de desmantelamiento de la salud pública.
Por una alternativa política que enfrente a los ataques de la ultraderecha
Con las disidencias sexogenéricas, los feminismos y las trabajadoras y trabajadores en lucha al frente, vamos unidos en la pelea contra estas políticas reaccionarias. Juntos y juntas, nos enfrentamos a los ataques que la ultraderecha a nivel internacional enarbola bajo la mal llamada "libertad". La resistencia y la unidad son clave para hacer frente a un sector político que pretende retroceder décadas de avances en los derechos de las mujeres, las disidencias y la clase trabajadora.
La organización desde abajo es fundamental para enfrentar estos desafíos. Los movimientos sociales, sindicatos y colectivos de base deben articular luchas comunes que frenen el avance reaccionario. Es urgente construir espacios de unidad que trasciendan la fragmentación de las luchas y levanten un programa político alternativo, que no solo resista los embates del poder, sino que también impulse un cambio real de sociedad.
En Chile, es fundamental retomar y fortalecer la organización de mujeres y disidencias. Desde Acción Global Feminista y Pan y Rosas, venimos impulsando la necesidad de rearticular la organización y desarrollar un plan de lucha común. En este contexto, han avanzado tendencias ultrarreaccionarias, como la figura de Johannes Kaiser con el Partido Nacional Libertario, que no solo representa un retroceso en términos de derechos sociales y democráticos, sino también el avance de una agenda autoritaria disfrazada de “renovación política”.
Es crucial que tomemos en nuestras manos la experiencia trasandina y aprendamos de la lucha que se libra en Argentina. Frente al avance de la ultraderecha, debemos organizarnos de manera independiente, junto a la clase trabajadora, no solo para conquistar derechos mínimos y esenciales, sino con la ambición a darlo vuelta todo, para vivir en una sociedad sin discriminación, opresión ni explotación. Solo con la organización y la solidaridad podremos hacer frente a este momento y avanzar en las conquistas que nos pertenecen. |
