Pasadas las 11 de la mañana del lunes, en la localidad de Aguas Blancas, Orán, la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, junto con el gobernador Gustavo Sáenz ofrecieron una conferencia de prensa tras la inauguración del llamado “Sitio Seguro para Víctimas de Trata”.
Ambos funcionarios se felicitaron por poner en marcha el polémico “Plan Güemes” desde el 9 de diciembre, que se basa en una mayor presencia de Gendarmería para realizar supuestos “controles” en la frontera en el marco de la, también supuesta, “lucha contra el narcotráfico”. Sin embargo, esto es falso.
La realidad es que, mientras el negocio del narco nunca se frena al amparo del Estado (vía diversas instituciones represivas, judiciales y políticas), en el marco de este plan la Gendarmería ya se cargó con la vida de Fernando Gómez, un joven bagayero de Orán que, lejos de cualquier actividad criminal, todos los días transportaba mercancías para poder subsistir. Entre ellas, las tradicionales hojas de coca para consumo cotidiano de la población.
Bullrich y Sáenz inauguraron el sitio para víctimas de trata con un discurso hipócrita, ya que lo único que buscan es justificar la implementación del alambrado como un paso necesario para “mejorar la seguridad” y garantizar la lucha contra el “narcotráfico y la trata de personas”. Esta medida ha generado polémica debido a su carga racista en el discurso de los gobiernos nacional y provincial, que busca criminalizar y reforzar la represión a los trabajadores de frontera.
En diciembre la Gendarmería asesinó a Fernando Gómez y la semana pasada esta misma fuerza, en La Quiaca, Jujuy, también asesinó a Ivo Rodrigo Torres, un joven de la comunidad colla, estudiante y trabajador. Se pone de manifiesto que la política de los gobiernos nacionales y provinciales refuerza el racismo y la xenofobia en las fronteras, bajo el pretexto de “lucha contra el narcotráfico”, lo que ha resultado en la muerte de dos jóvenes.
Como expresó el diputado Alejandro Vilca, del PTS en el Frente de Izquierda, en el Congreso Nacional: “Patricia Bullrich tiene las manos manchadas de sangre” por su accionar represivo. Hay que denunciar esa política, a la vez que organizarse y luchar por los intereses de las comunidades y la clase trabajadora, que son contrarios a los de los gobiernos represores. |