En un contexto de amenazas de despidos y ofertas de retiros voluntarios, se pactó un esquema de suspensiones para el personal efectivo de planta, mientras que las negociaciones continúan para la otra mitad de la fábrica: los tercerizados encuadrados en la Rama 17 del convenio UOM.
El acuerdo establece una remuneración del 80% para el mes de febrero, un 78% para marzo y un 75% desde abril hasta diciembre inclusive.
Este acuerdo se da en un momento en el que las patronales del acero y el gobierno se niegan a otorgar el aumento paritario, aprovechando la necesidad de los trabajadores para tomarlos como rehenes. A la caída en la producción, provocada por el freno de la obra pública, ahora se suma la suba de aranceles a la importación de acero y aluminio en Estados Unidos, un combo que golpea duramente a la industria local.
Sin embargo, Acindar, como parte del grupo multinacional ArcelorMittal, no presentó balances negativos que justifiquen la necesidad de recortar salarios, y mucho menos los despidos encubiertos bajo la figura de los retiros voluntarios.
Este contexto le brinda a la empresa el escenario ideal para avanzar con sus planes de reforma laboral, en sintonía con las medidas que están aplicando las patronales en todo el país, desde Shell hasta Pilkington, con despidos antisindicales y discriminatorios. No se trata de una crisis particular de la industria, sino de un plan político de las empresas y el gobierno para debilitar la resistencia obrera, abaratar costos y generar mano de obra ultraflexible y precarizada.
Solo la unidad de todos los trabajadores, efectivos, contratados y tercerizados, podrá frenar este ataque y recuperar lo perdido. | 
