O sea por un lado una agenda ajena a los reclamos populares y del otro lado también una agenda que tiene intereses bien de casta. El gobierno ha adecuado el calendario electoral a lo que le conviene. Opositores poniéndose la peluca para votarle lo que el gobierno quería, incluso de Unión por la patria que le dio las firmas claves para el dictamen y después votaron un favor y ayer una estafa que es esta ley de ficha limpia, porque es una ley que ya vimos cómo opera en otros países de América Latina: en Brasil sirvió para correrlo a Lula cuando encabezaba en las encuestas el resultado electoral y terminó llegando Bolsonaro.

¿Qué significa esto? Darle al poder judicial una facultad discrecional para decidir quién puede o no ser candidato o candidata. Y esto es para nuestro entender profundamente antidemocrático con un nivel además de hipocresía porque los que lo defendían pertenecían a bloques algunos que tienen empresas offshore por todos lados sin declarar; tienen que dar explicaciones que no dan. Esa es la verdad.
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