Incertidumbre en la city. El Central interviene los dólares paralelos. Apoyo de bancos internacionales. Columna de economía de El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario en Radio Con Vos.
Desde el fin de semana, se esperaba la llegada del día lunes para ver cómo impactaba la estafa con libra en los “mercados”.
Luego de una fuerte caída en el Índice S&P Merval el día lunes, la realidad que posteriormente hubo una recuperación y vaivenes, pero, por el momento, no se registró un impacto fuerte. No obstante, sí se puede afirmar que reina la incertidumbre en la city porteña.
Tal como ocurría hasta la semana pasada, se registra un derrumbe de la valorización de las empresas que cotizan en el Índice S&P Merval de cerca del 20 % en relación al 9 de enero, cuando anotó su nivel histórico más alto.
La caída en este índice corresponde a una tendencia previa al libragate. Se debe al impacto negativo de las primeras medidas de Donald Trump junto con la falta de definición de un acuerdo con el FMI y las implicancias que puede tener en el cepo y en la cotización del dólar. Se sabe, el Fondo siempre quiere una devaluación.
Donde sí impactó la estafa de libra fue en el Riesgo País, que subió desde los 675 puntos del viernes 14/2 hasta los 726 puntos de este jueves 20/2. Esto significa un aumento del costo del endeudamiento en dólares para el Estado. Es decir, refleja una menor confianza en el gobierno.
Pero si bien el impacto del libragate fue acotado en estos indicadores no fue gracias a que los “mercados” operaron libremente.
Hubo intervenciones del Banco Central para que no suban las cotizaciones paralelas del dólar, que de todos modos se movieron al alza. Esto no es gratuito. Por ejemplo, se estima que en enero las intervenciones del Banco Central para que no suba el dólar le habrían costado unos U$S1.000 millones. Recordemos que las reservas netas de la autoridad monetaria son negativas.
Pero también influyó que dos gigantes de las finanzas mundiales, como Goldman Sachs y Bank of America respaldaron en sus reportes el rumbo del Gobierno de Javier Milei. No son opiniones desinteresadas. Obviamente, quieren que siga la fiesta financiera en nuestro país.
Si bien en la coyuntura, el gobierno logró acotar el impacto del libragate en los “mercados”, no se puede decir ni que el efecto fue neutral, ni que no tenga efectos de largo plazo.
El gobierno enfrenta un problema central que ya mencionamos en otras oportunidades: el atraso cambiario. Esto tiene consecuencias en que la cuenta corriente del Banco Central se transformó negativa desde julio del 2024 (es decir, salen más dólares de los que entran al país).
Entre otros rasgos sobresale que la balanza comercial de bienes (es decir la relación entre lo que el país importa y lo que exporta) se viene deteriorando fuertemente. También sobresalen los pagos de deuda que totalizaron unos U$S13 mil millones que salieron del país en 2024.
En este contexto, la solución real que tiene el gobierno, además de recurrir a un puente de dólares del FMI, es que se produzca un fuerte flujo de inversión extranjera directa que traiga dólares al país. Esto no ocurrió hasta el momento: en 2024, se registró el menor ingreso de inversión extranjera directa durante el Siglo XXI.
Lorenzo Sigaut Gravina es un economista ortodoxo, más cercano al pensamiento del oficialismo que de la oposición. Ayer escribió en El Cronista sobre la dependencia del gobierno del ingreso de capitales, donde concluye que “En medio de esta puja, emerge el criptogate, que podría afectar significativamente la confianza de los inversores”.
El gobierno quiso, como es de manual, disimular el impacto del fraude. Pero, tal vez, el fraude se lo haya hecho así mismo y a las perspectivas de conseguir inversiones, que se enturbiaron.