Una gran parte de los más de 600 mil votos que fueron en blanco o nulos, fueron los votos más conscientes contra el ajuste que, sin dudas, va a aplicar el empresario Mauricio Macri. Esperábamos más. Pero es evidente que el giro demagógico de Scioli en el último de tramo de la campaña caló en un importante sector de trabajadores. Los únicos que habíamos denunciado en la campaña que acá se venía un ajuste contra el pueblo trabajador fuimos nosotros, el Frente de Izquierda. Scioli ni lo mencionó antes de la primera vuelta, mientras sus economistas afirmaban que ellos también tenían que hacer un ajuste para que la crisis la pagáramos los trabajadores, además de arreglar con los fondos buitre y meter a la Argentina en un nuevo ciclo de endeudamiento que sabemos cómo terminará. A la par anunciaba al represor Berni como su futuro Ministro de Seguridad, mientras se rodeaba de gobernadores como Gioja, que es un empleado de la Barrick Gold.
Desesperado por la derrota que se avecinaba, Scioli tuvo que salir a decir muchas verdades en las últimas dos semanas: la devaluación que propone Macri implicará una enorme transferencia de ingresos desde los sectores obreros y populares hacia el capital más concentrado de los banqueros y grandes exportadores. Un nuevo saqueo contra el pueblo trabajador. Claro que él, al no tener un programa alternativo que llevara a ajustar a los ajustadores porque se postulaba para gobernar para las clases dominantes, no iba a ser sustancialmente distinto que Macri si ganaba las elecciones. Es más, como puse en un tuit anoche, "muchos años haciéndole el juego a la derecha terminaron en Macri".
Pero, como decía, muchos trabajadores, con razón, creyeron que Macri viene por nuestras conquistas, y consideraron que el voto a Scioli era una forma de rechazarlo, en el primer balotaje de la historia nacional. La realidad es que terminó primando la trampa del mal menor.
Los próximos meses van a ser difíciles para los trabajadores y el pueblo. Gran parte de la dirigencia sindical va a tratar de ubicarse de la mejor manera para no perder sus privilegios, dejando en banda a los trabajadores.
El Frente de Izquierda es la única fuerza política nacional que ha dicho sin pelos en la lengua desde la primera vuelta a través de los spots de radio y TV y en numerosísimos reportajes que nos hicieron en los principales medios del país, que tenemos que prepararnos para resistir al ajuste que se viene. No sólo eso, pelear para que nadie cobre menos de lo que cuesta una canasta familiar. Por el 82% del último salario para todos los jubilados. Por la eliminación del impuesto a las ganancias y del IVA al consumo popular. Por la prohibición de despidos y suspensiones. Para ello, y para mantener las conquistas logradas, es necesario afectar los intereses de los grandes capitalistas que la hicieron en pala en todos estos años. Por impuestos progresivos a las grandes fortunas y utilizar esos recursos al servicio de un plan nacional de viviendas. Por una banca nacional única que pare la fuga de capitales y saque de las manos de los banqueros el ahorro nacional para ponerlo al servicio de créditos baratos para los pequeños comerciantes y productores. Por el monopolio estatal del comercio exterior para que no sea un puñado de monopolios los que manejen las aduanas y los puertos en detrimento de los pequeños productores. Por la prohibición de la megaminería contaminante en todo el país.
Hoy somos conscientes que la mayoría del pueblo trabajador que rechaza el ajuste no nos acompañó en nuestra propuesta del voto en blanco o nulo y votó por una alternativa patronal. Nos vamos a encontrar nuevamente en luchas por venir contra los tarifazos, despidos y la pérdida del poder adquisitivo que va a imponer el derechista Macri y por echar a la burocracia sindical de los sindicatos, Pero a la par, seguiremos insistiendo en la necesidad de construir una herramienta política propia de los trabajadores, la única garantía real para superar la lógica del mal menor y luchar por un bien mayor para todo el pueblo, un gobierno de los trabajadores. |