Desde que se sucedieran lo brutales atentados en París, el presidente francés, François Hollande ha configurado su agenda en torno a un objetivo; la creación de una gran coalición liderada desde el Elíseo para bombardear al Estado Islámico (EI).
Para ello, desde la trágica noche del pasado 13 de noviembre, el ejecutivo francés al completo se ha puesto manos a la obra para que este fin sea lo más rápido posible una certeza política. Los movimientos se han llevado a cabo tanto en el terreno nacional como a nivel internacional.
La semana pasada la Asamblea Nacional francesa votó- de forma aplastante a favor de aprobar el estado de excepción, lo que suponía un avance en las medidas de control por parte de las fuerzas de seguridad, unas medidas liberticidas sin precedentes. Este endurecimiento del régimen y su ataque a las libertades democráticas más elementales es la forma que el gobierno del cada vez más cuestionado Hollande ha encontrado para disputarle a la extrema derecha del Front National el discurso más reaccionario, un discurso que en situaciones como la actual se vuelve más permeable en la sociedad y que los gobiernos no dudan en utilizar.
La diplomacia bélica de la UE
Pero esta política de unidad frente al EI no finaliza en territorio francés. La semana pasada y a petición del ministro de Defensa francés Jean-Yves Le Drian, los 28 ministros de Defensa de la UE aprobarán por unanimidad activar la cláusula 42.7 de los Tratados de la Unión. Esta cláusula, inutilizada hasta la fecha, obliga a los estados miembros de la Unión a colaborar en materia de Defensa cuando uno de los estados miembros es atacado. Tras esa reunión en la que París recibió el apoyo del resto de estados miembros, lo que queda concretar es que medida los gobiernos de cada país aportarán su grano de arena a la penúltima aventura imperialista dictada en la ciudad de luz.
Referente a este asunto, el mismo ministro de Defensa francés, admitía que se encuentran a la espera de una propuesta del ejecutivo de Mariano Rajoy que especifique de que modo van a ayudar a Francia en su batalla contra el ISIS. El gobierno francés, que tiene destinados más de 10.000 soldados en África, espera que el Madrid se decida a enviar tropas a Mali para aliviar la carga de efectivos franceses en la zona y poder de este modo, contar con más efectivos para la ofensiva en Siria.
Por su parte, desde la Moncloa, aseguran no haber recibido aún ninguna petición de ayuda por parte del gobierno francés. No obstante las señales que del gobierno del Estado español son contradictorias. Fuentes próximas a Mariano Rajoy aseguraron el pasado jueves al diario El País que el Estado español se está planteando el envío de más efectivos militares precisamente a Mali. Pero horas más tarde, tras los atentados precisamente en Bamako (Mali), el Gobierno se apresuró a difundir un comunicado en el cual desmentían rotundamente estas noticias. En la memoria del Partido Popular está muy presente la movilización contra la guerra de Irak que supuso un revés para el gobierno de Jose María Aznar, de modo que busca medir sus decisiones en clave electoralista.
En la misma línea el presidente francés ha iniciado hoy su maratón diplomática para intentar sumar la mayor cantidad de países a su aventura bélica. El primero en la agenda ha sido Cameron, el Primer Ministro británico. En el Elíseo, el máximo mandatario del Reino Unido, ha asegurado que apoya “firmemente la acción emprendida por Hollande, para luchar contra el ISIS” y asegura estar “convencido de que el Reino Unido debe efectivamente hacer lo mismo”.
Cameron no está por la labor de dejar que estas palabras se las lleve el viento. Hoy mismo le ha ofrecido a François Hollande la base aérea de la RAF (Royal Air Force) para que desde allí puedan lanzar sus ataques aéreos las tropas galas. Además Cameron ha asegurado en la comparecencia frente a los medios que a final de esta misma semana va a presentar un paquete de medidas para luchar contra el ISIS al Parlamento británico.
Actualmente las fuerzas británicas “tan solo” tienen autorización para bombardear en Irak, debido a que en la anterior votación del 2013 para intervenir en Siria se saldó con un resultado negativo. El líder conservador, consciente de que aquella derrota en el parlamento fue un golpe que debilitó su mandato, espera que esta vez, tras los atentados en París y el beneplácito de la ONU, el parlamento vote a favor de la intervención militar en Siria. Si lo consigue, el líder de los Tories conseguiría involucrar de nuevo y de forma directa al Reino Unido en una misión bélica imperialista que dejará de nuevo cientos de miles de civiles muertos.
Para el líder socialista francés la gira acaba nada más que empezar. Le esperan a lo largo de la semana Barack Obama, la cancillera Angela Merkel y el presidente ruso, Vladimir Putin. Especial atención tendrá esta última reunión de cara a una solución del conflicto a medio plazo que encaje en los intereses de las potencias occidentales. Hollande se reunirá con el presidente ruso, partidario de mantener en el tablero político de la zona a Bashar al-Asad, actual presidente sirio, postura rechazada por el resto de potencias occidentales, que consideran que el futuro de la zona debe pasar por una regeneración democrática controlada por las fuerzas afines a los intereses de la UE y Estados Unidos.
De nuevo los principales agentes de la diplomacia occidental ponen todo el despotismo que atesoran al servicio de sus intereses en la zona de Oriente Próximo, devastando ciudades y dejando tras de si un reguero de muerte y destrucción.
Francia ya bombardea en Siria
Pocas horas después de encontrarse operativo el portaviones Charles de Gaulle, los aviones franceses han empezar a lanzar sus primeras bombas contra objetivos del ISIS, esta vez en suelo iraquí. En referencia a estos ataques el presidente Hollande ha asegurado que los objetivos serán “blancos que provoquen el mayor daño posible al ejercito terrorista”. Una hipócrita cantinela que no podrán escuchar las víctimas de esos bombardeos. |