Hace ya casi 14 años, Celia Martínez nos dejaba una de esas frases que perduran en el tiempo. Era el día 13 de abril de 2002, y las obreras de Brukman participaban del 1º Encuentro de Fábricas Ocupadas. Hermanadas junto a los obreros de Zanon, ellas levantaban la bandera de la estatización bajo control obrero de toda fábrica que cerrara o despidiera, en el marco de un país hundido en la desocupación.
Se nucleaban en el encuentro trabajadores de empresas recuperadas, junto a organizaciones de desocupados, asambleas barriales, estudiantes, intelectuales.
Fue ese día cuando Celia dijo que “si los obreros podemos dirigir una fábrica, podemos dirigir el país”. Desde la experiencia de lucha produciendo sin patrones, y el vínculo con la izquierda, nacía la conclusión para una salida obrera a la crisis, que acabara con las penurias que sufrían los trabajadores y el pueblo.
7 de marzo de 2016. Otro escenario, otros protagonistas, otros intereses de clase
Ayer fue Franco Macri, padre de Mauricio, quien disparó una frase similar, pero desde la vereda de enfrente. No lo dijo en un encuentro de luchadores, sino en el canal TN, donde lo entrevistaban Carlos Pagni y Nicolás Dujovne
“Un país es una empresa. Si no sabés conducir una empresa, no sabés conducir un país. Casi no hay diferencia. Los elementos están todos, la magnitud es la que cambia”, dijo mostrándose orgulloso del camino recorrido por su hijo Mauricio hasta la presidencia, de quien venía distanciado en los últimos años, durante los cuales Franco apoyó al kirchnerismo.
Si de empresas se trata, vale recordar que Mauricio, antes de su entrada en Boca y en la política, ejerció cargos directivos en los negocios familiares. Durante los primeros años 90, fue Presidente de la Sociedad Europea de Vehículos en Latinoamérica (SEVEL), una empresa automotriz asociada a la FIAT de Italia.
El Grupo Macri sabe de lo que habla. Lleva décadas al frente de empresas que mostró “cómo conducir” exitosamente para sus intereses. La familia fue una de las grandes beneficiarias de la última dictadura militar, período durante el cual pasó de tener siete empresas a más de cuarenta, y su deuda privada fue estatizada.
Si Franco Macri dijera toda verdad, tendría que decir que aunque el Grupo Macri no condujera de forma directa el país, desde hace muchos años que es beneficiado por los sucesivos gobiernos que garantizan los negocios de los capitalistas, mostrando el entrelazamiento permanente entre los gobiernos y los grandes empresarios.
Lo que cambia es que hoy la familia, reconciliada, pasó a dirigir de forma directa los destinos del país por medio de Mauricio, y en el gabinete nacional hay una cantidad inédita de CEO en el poder, representando los intereses del gran capital, al que benefician con devaluación, quita y baja de retenciones, tarifazos y negocios con el capital financiero internacional.
Aplicando lo aprendido en sus empresas, donde hacen ganancias a costa de la explotación de los trabajadores desde hace décadas, hoy gestionan el país para los grandes capitalistas, descargando la crisis sobre los trabajadores que ven día a día deteriorarse sus condiciones de vida.
Aunque al igual que en las fábricas, la organización y lucha obrera puede llegar a desbaratar sus planes.
Cuando Celia Martínez pronunciaba aquellas palabras, 14 años atrás, proyectaba una sociedad sin explotadores ni explotados, partiendo del pequeño ejemplo de las fábricas produciendo sin patrones, que mostraba que era posible algo que muchos consideraban imposible. En cada lucha, y en cada paso por construir un partido revolucionario de los trabajadores, esa pelea sigue vigente. |