Mauricio Macri arribó a la ciudad de Rosario cerca del mediodía. Su primera aparición pública fue en la Facultad de Derecho de la UNR donde, recibido por el Decano Marcelo Vedrovnik y el Rector de la UNR, Héctor Floriani. El mandatario brindó un discurso escueto y fue nombrado Huesped de Honor de la casa de altos estudios. Sin discursos, pero con protagonismo, se hicieron presentes el gobernador Miguel Lifschitz, la intendenta rosarina, Monica Fein y otros funcionarios provinciales y municipales del Frente Progresista Cívico y Social.
Los dirigentes del Partido Socialista, sin críticas, destacaron la visita del presidente. Más tarde, Macri concurrió a la Bolsa de Comercio donde brindó un discurso para empresarios industriales y agroexportadores de la región. Prometió mayores inversiones en infraestructura para mejorar la rentabilidad empresarial en la región e instó a mejorar los índices de productividad: un llamado que parece una venia para complementar los miles de despidos que se viven en la zona, con los ejemplos resonantes de Arzinc y Bambi, con un aumento de los ritmos de producción.
Un Rosario de protestas
El apoyo de sectores de las autoridades universitarias, del gobierno provincial y de los empresarios locales contrastó con el Rosario de protestas que se desarrollaron en diferentes puntos del centro de la ciudad. A pesar del fuerte operativo y despliegue de 700 agentes de las fuerzas de represión en torno a la Facultad de Derecho, las voces descontentas con la política del ejecutivo se hicieron sentir.
A primera hora de la mañana, la juventud del Partido de los Trabajadores Socialistas y el Frente de Izquierda se concentró en un corte sorpresivo en Córdoba y Bv. Oroño, a dos cuadras de la Facultad de Derecho donde llegaría Macri.
Desde el mismo, Virginia Grisolía manifestó el rechazo de la izquierda a la política económica del gobierno “que está dejando un tendal de despidos” así como al protocolo antipiquetes, con la que “quieren legitimar la represión a los trabajadores que pelean contra el ajuste, a las mujeres que peleamos por nuestros derechos, a la juventud que reclama contra el gatillo fácil”. Por otra parte la izquierda reiteró su rechazo al acuerdo con los fondos buitres.
Más tarde y en diferentes puntos de los alrededores de la Facultad de Derecho, se movilizaron el sindicato de docentes universitarios (Coad), la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y agrupaciones estudiantiles que rechazaron la política educativa y de ajuste hacia los trabajadores estatales del gobierno. Se hicieron presentes todos los partidos de izquierda: el PTS luego de su corte se dirigió a la Plaza San Martin junto con sus compañeros en el Frente de Izquierda, el Partido Obrero e IS. Por parte del Frente Social y Popular, se movilizaron delegaciones del el PCR y Patria Grande.
Un sector juvenil del kirchnerismo se convocó también, en particular La Cámpora, Nuevo Encuentro y el Movimiento Evita. En cambio, el Movimiento Sindical Rosarino, si bien había convocado a la movilización, nunca se hizo presente: no se vieron, por tanto, banderas de las decenas de gremios agrupados bajo las siglas del MSR, una actitud a tono con la política del bloque del PJ en la Cámara de Diputados, que anunció que daría quórum para votar el pago a los fondos buitres. Con la ausencia de los gremios, la presencia del kirchnerismo en las manifestaciones estuvo muy por detrás de lo anunciado.
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