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El nuevo presidente de FIFA, Gianni Infantino, fue recibido con todos los honores en Bolivia: su equipo integrado por ex jugadores –entre los que se contaron a Martín Palermo y Pablo Aimar- enfrentó en un amistoso al equipo de Evo Morales, compuesto por su escolta policial y algunos ex mundialistas bolivianos como el recordado Marco Antonio “El Diablo” Etcheverry.
Luego del temblor que sacudió a la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) por el escándalo de corrupción conocido como FIFA-gate -que desembocó en la expulsión de Joseph Blatter y Michel Platini, y que dejó en el ojo de la tormenta a los más importantes dirigentes del fútbol sudamericano como Eduardo De Luca- y con el suizo Gianni Infantino como nuevo presidente, la institución que gobierna a las federaciones nacionales de fútbol se encuentra abocada a un proceso de relegitimación y recuperación de credibilidad. Con ese objetivo, Infantino recorrió esta semana distintos países de la región para dar charlas y conferencias intentando demostrar que implementará cambios para limpiar la imagen de la FIFA.
“Con hechos concretos vamos a demostrar que estamos aquí no por nosotros o por nuestros intereses, sino por el interés exclusivo del fútbol”, declaró Infantino en conferencia de prensa previa al encuentro amistoso jugado en Cochabamba.
El titular de FIFA no escatimó elogios hacia la Federación Boliviana de Fútbol (en conflicto con su seleccionado nacional por problemas de pagos) y la Conmebol, a la vez que Evo Morales calificó a Infantino como representante de una “nueva generación de dirigentes internacionales del fútbol” que “carga con mucha responsabilidad” para dignificar a este deporte.
No conforme con el respaldo que implica jugar un amistoso con el presidente de FIFA, Evo Morales y su gobierno decidieron otorgarle a Gianni Infantino el “Cóndor de Los Andes”, la máxima distinción que brinda Bolivia, por su “compromiso para mejorar el fútbol”.
Infantino concluirá su gira sudamericana en Colombia, pero se lleva de Bolivia un importante apoyo de manos nada menos que de su primer mandatario.
Por su parte, con semejantes gestos y honores Evo Morales quedó comprometido en la colaboración con el operativo de “lavado de cara” de la institución deportiva más poderosa del planeta y que está desde hace un año seriamente cuestionada por hechos de corrupción multimillonarios. El presidente de Bolivia enfrentó en un amistoso al equipo del presidente de FIFA, pero en los hechos jugó para el equipo de “los dueños de la pelota”. | 
