En los últimos días Lula viene demostrando que está dispuesto a todo tipo de acuerdo con los partidos más conservadores para mantener la gobernabilidad y salvar el gobierno de Dilma. Su capital político en juego servirá especialmente para este objetivo. Cuando Dilma declara que Lula podrá ayudarla y fortalecer al gobierno dice la verdad. Toda su oratoria y persuasión están al servicio de negociar cargos a cambio de votos contra el impeachment y no para resistir la presión imperialista contra los derechos laborales. Mientras tanto, las organizaciones que están bajo control petista permanecen en silencio, como ocurrió durante los últimos 13 años de gobierno.
La “libertad” con la que Lula negocia con un político corrupto como Maluf (PP-SP), acusado por desvíos de dinero público en el Estado de San Pablo, o la “libertad” con la que Lula y Dilma planean nuevas medidas de ajustes, son un reflejo de la ausencia de luchas contra los ajustes por parte de las organizaciones sindicales y, especialmente, la Central Única de Trabajadores (CUT) contra “su gobierno”. La fortaleza con la que cuenta la derecha para intentar todas las maniobras golpistas y articular un programa tan neoliberal como el que se plantea en el “Puente hacia el Futuro” del vicepresidente Temer (PMDB) tiene, en última instancia, el mismo fundamento. No luchar contra los ajustes y permitir la entrega le da fuerza y coraje a la derecha. La ausencia de luchas, de cualquier exigencia de las centrales sindicales contra “su gobierno” es lo que permite llegar a esta situación. La CUT y la Unión Nacional de Estudiantes (UNE) hablan contra los “ajustes” pero sin sacar los pies del plato y mucho menos organizar a la clase trabajadora para una lucha con sus métodos: huelgas, piquetes, manifestaciones y un verdadero plan que enfrente los ajustes, despidos y el impeachment.
Recortes sociales y en educación
Los recortes en áreas como educación son permanentes, incontables desde comienzo de 2015 cuando ganaron mayor ímpetu. Para tener una idea, ya fueron más de 18,55 billones de reales el valor de los recortes en educación. Esto se traduce en 2 millones de vacantes menos en el Programa Nacional de Acceso a la Enseñanza Técnica y el Empleo (PRONATEC), casi un 66% menos de vacantes en relación al año 2014. Significa un recorte de casi la mitad de inversiones en el Fondo de Financiamiento Estudiantil (FIES), de R$ 4,8 billones en 2014 a R$ 2,5 billones para el año siguiente. Significa que en las universidades federales el recorte presupuestario alcanzó más de un tercio del total, comprometiendo la estructura, el pago de los trabajadores y la asistencia estudiantil a gran escala.
La UNE y otras organizaciones estudiantiles que defienden, aunque críticamente al gobierno, hablan contra los ajustes, en defensa de la educación pero ¿para cuándo un plan de lucha a la altura de tamaño recorte?
Avanzan los despidos y el desempleo
El Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE) registró que el desempleo alcanzó en febrero un 8,2%, siendo la mayor tasa registrada desde mayo de 2009. La tasa de desempleo juvenil también bateó récords y es la primera vez desde 2007 que supera el 20%. La combinación de desempleo y trabajo precario es el verdadero rostro de los últimos años del gobierno del PT, durante los cuales mientras hubo expansión fue de la mano de la tercerización y la pérdida de derechos laborales.
Además, los ataques a los trabajadores no dejan de crecer. Recientemente se anunció un Plan de Retiros Voluntarios (PDV) para recortar 12.000 puestos de trabajo en Petrobras. El año pasado el gobierno comenzó a implementar ataques como el Programa de Protección del Empleo (PPE), que cuenta con el apoyo de la burocracia sindical y busca reducir los salarios y las jornadas de trabajo; o el Proyecto de Ley (PL) 4330 por el cual se amplia la tercerización y, por esta vía, la precarización del trabajo. Los despidos en varios sectores aumentan a diario, como en la automotriz General Motors de San José dos Campos o el cierre de las plantas como MABE en Campinas y Hortolândia o la fábrica Mardel, lo que lleva a la resistencia de los trabajadores a través de la ocupación de las fábricas, una de las cuales fue brutalmente reprimida por la policía el pasado fin semana. Sólo el año pasado, 4.451 fábricas fueron cerradas en San Pablo y sólo durante el mes de enero de este año fueron eliminados 14.500 puestos de trabajo en la industria paulista.
La inflación viene depreciando el poder adquisitivo de los trabajadores, con reajustes que llegan en promedio al 10% mientras la inflación alcanza como mínimo 11,3% siendo que en muchos sectores obreros la desvalorización real del salario es mucho peor. Y si dependiera del gobierno, las cosas tenderían a empeorar, como quedó en claro con el recién anunciado paquete de ajuste fiscal que reducirá los gastos públicos, recortando servicios esenciales para la población y los trabajadores, además del congelamiento salarial para los trabajadores estatales.
Este impacto frente a la desinversión educativa, los datos sobre los despidos y el desempleo son expresión del profundo ataque del gobierno contra los trabajadores y la juventud. Por eso es necesario poner en marcha una lucha efectiva, con los métodos de la lucha de clases, para enfrentar los recortes. La realidad es que hoy los sectores más conservadores de la política y la economía se atreven a un golpe institucional para tener un gobierno aun más fuerte e imponer mayores ataques porque durante todos estos años, bajo el gobierno del PT, las grandes organizaciones de masas de la clase trabajadora y la juventud como la CUT y la UNE como exponentes, sirvieron para hacer a un lado cualquier critica o lucha contra “su gobierno”. Por este motivo es indisociable la lucha contra el impeachment de una verdadera lucha contra los ajustes.
Hoy vemos algunos ejemplos de lucha y resistencia de los trabajadores, como fue el caso de la empresa MABE. Frente a la inacción y traición de las burocracias sindicales, que se movilizaron en defensa de Dilma pero no mueven un dedo para unificar y llevar al triunfo la lucha de los trabajadores, estas iniciativas de los trabajadores han permanecido aisladas, y salvo raras excepciones, son derrotadas por la ausencia de una organización fuerte y articulada con otros sectores en lucha. Por eso es fundamental exigir a cada sindicato y central sindical que ponga todas sus fuerzas y peso social al servicio de articular las luchas para que triunfen, con un plan de combate que enfrente los ataques que vienen siendo implementados sobre las espaldas de los trabajadores, la juventud y el pueblo pobre para salvar las ganancias capitalistas.
No podemos admitir que la legítima lucha contra el impeachment, un verdadero golpe institucional de la derecha para poder atacar más duramente, en manos de la burocracia sindical se convierta en elogios y apoyo al gobierno del PT que desde hace una década viene siendo el principal responsable de los ataques a los trabajadores. ¿Por qué no exigieron un proyecto de ley que prohibiese los despidos? ¿Por qué nunca exigieron dejar de pagar la deuda y poner los recursos para la educación? ¿Por que no movilizan de forma efectiva contra la entrega de los recursos de Pre-Sal? por citar solo algunos ejemplos. Para impedir los ataques que estamos sufriendo y luchar contra el impeachment es necesario mucho más que palabras y discursos contra el ajuste. Es necesario un plan de lucha para derrotar los ataques y poner en pie una movilización independiente que sea capaz de imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, para atacar los privilegios de los políticos y resolver los reales problemas de los trabajadores y jóvenes del país. |