Fotografía: losandes
El pasado 29 de abril se retiró Miguel Galuccio del puesto de CEO de YPF, puesto que ocupó durante cuatro años y le valió de las más variadas críticas. Meses atrás, acercándose el cambio de gobierno, los cuestionamientos se agudizaron, poniendo en tela de juicio su proceder como CEO. Por un lado el "secreto" de su remuneración y por otro las gestiones de Vaca Muerta y la defensa pública del acuerdo con Chevrón.
Basándonos en datos de otras petroleras estatales como es el caso de PEMEX o STATOIL (a la cual Galuccio hizo referencia varias veces reivindicó como "el" modelo) se deduce, ya que es un secreto el dato concreto, que el sueldo del ex-CEO rondaba entre los 2 y los 5 millones de dólares anuales.Cuentas rápidas, no sería erróneo decir que el ex-presidente de YPF amasó en tan sólo 4 años una fortuna que tranquilamente estaría promediando los $268 millones.
Este CEO vino de Londres de la mano del empresario kirchnerista Esquenazi. Ya traerlo del exterior significó cumplirle sus condiciones como transportarle su cuadra de caballos de competición y aceptar su petición de que volvía a cambio de 2 millones de dólares en mano, para empezar a charlar. Entre bueyes no hay cornadas, pero como no está lo suficientemente alineado con el gobierno de Macri, este le dio "un paracaídas de oro", al estilo de los repudiados gerentes que luego de la caída de Lheman Brothers en EE.UU. se llevaban sumas multimillonarias a cambio de mantener los secretos de las firmas para las que habían trabajado.
Galuccio, el excéntrico jugador de polo amateur, sumó ahora una "indemnización" por su desvinculación de 72 millones de pesos. Un trabajador medio precarizado de una tercerizada puede llegar a cobrar 15 mil pesos. Necesitaría trabajar 400 años para embolsar la indemnización de Miguel Matías.
¿Qué son 268 millones de pesos?
Si bien los montos de los salarios de quienes trabajan en YPF son de lo más variados, pasando desde los empleados de comercio hasta petroleros jerárquicos, el promedio de la mayoría ronda entre $12000 y $15000. Esto quiere decir que el señor Galuccio recaudó el equivalente a 17860 salarios de un trabajador promedio de YPF durante su gestión...
El gobierno kirchnerista había designado un CEO para que llevara adelante una política de saqueo, vaciamiento y entrega de la principal petrolera argentina. Nadie puede negar que Galuccio cumplió con los planes, entregando Vaca Muerta a Chevron entre otras "iniciativas".
Toda esta millonada, mientras el actual gobierno salió al ataque poniendo techos salariales y a denunciar el déficit de YPF. En los medios ya había anuncios de despidos de miles de trabajadores de la empresa en todo el país desde la gestión Galuccio. "Eliminar 2500 empleos" es el objetivo que abiertamente se plantean desde la nueva gerencia, pero claro, sin contar a los trabajadores tercerizados de las contratistas que ya sufren despidos y cierre de empresas, de lo que resulta un número mucho mayor.
En Mendoza ya hay despidos en Globe Metal (ferroaleaciones) o amenazas de cierre y retraso en el pago de salarios como en Metal 1. Mientras se justifica prescindir de miles de puestos de trabajo, obras e inversiones para el mantenimiento que produjeron accidentes, explosiones, incendios, etc y mejoras técnicas más que necesarias... ¿Cómo se justifica desembolsar tal cantidad de dinero en una sola persona? Hasta desde una perspectiva capitalista parecería no tener sentido, si no fuera porque oficialistas como opositores acuerdan en que el Estado es un buen negocios para socios, sean amigos o no. Los mismos capitalistas que se la pasan quejándose de los "costos laborales" despiden a un CEO, pero con una indeminación digna de un representante de su clase.
Larga historia de entrega y de lucha
Desde su creación YPF ha tenido una larga historia de saqueo y negociados, tanto en dictadura como en democracia. La privatización de los `90 fue el capítulo más nefasto. La supuesta nacionalización, con la "expropiación con pago" a Repsol, que el gobierno anterior se jactó terminó siendo otra sangría millonaria. Este es otro capítulo escandaloso, con su contracara de que somos otra vez los trabajadores los que efectivamente estamos apuntalando a YPF, dejando la salud y gran parte de nuestras vidas todos los días. Son los petroleros del Sur, en particular en Chubut, la punta de lanza de la lucha contra los despidos. La marcha de 50 mil en Comodoro, ya conocida como el "Comodorazo" fue una enorme demostración de nuestra fuerza, de nuestras convicciones y de la voluntad de enfrentar los despidos. Para ello nos preparamos. Por eso, desde la izquierda y otros sectores, al tiempo que se denuncia el saqueo, se enfrentan los despidos y suspensiones y se pelea por la recomposición salarial, se exige la nacionalización bajo control de los trabajadores de todos los recursos hidrocarburíferos. Es es la única salida de fondo que tenemos los trabajadores. |