Así como la Ex Cervecería Córdoba o el histórico Club Belgrano, el viejo teatro Colón, popularmente llamado “La piojera”, pertenece a la tradición de lucha del barrio y parte de la identidad no sólo artística sino política de Alberdi.
Al principio como un cine moderno, más tarde como icono del teatro independiente y lugar de encuentro de la juventud que todos los domingos disfrutaba de la matiné a las dos de la tarde, La Piojera no sólo fue escenario de arte y disfrute sino también de lucha, donde la clase obrera se organizaba en clandestinidad contra los ataques de un gobierno militar.
En 2002 abrió por última vez sus puertas, a pesar de haber sido declarado en el 97 “patrimonio arquitectónico y urbanístico” de la ciudad de Córdoba. No por casualidad, después de la crisis que dejó a miles en las calles, el teatro popular fue lo primero en desmantelarse. A partir de esa fecha, La Piojera estuvo en venta, hasta que en el año 2013 fue comprada por la Iglesia Misionera del Poder. Al ser declarado un bien público a nivel provincial y luego del intenso reclamo de los vecinos y organizaciones del barrio, que piden por su puesta en funcionamiento como centro cultural, en 2014 se concretó la expropiación del inmueble por parte de la Municipalidad de Córdoba, con la promesa de una reapertura en 2015.
En ese mismo año fue declarado bien de interés histórico a partir del decreto 1162 donde se destaca que “La Piojera tiene relevancia como lugar de encuentro y punto de referencia de significativos hechos de la historia cordobesa”.
Desde su expropiación, la Municipalidad no ha dado respuesta de la restauración del teatro, a pesar de que firmó un convenio con la Subsecretaría de Cultura de la Nación y la Universidad Nacional de Córdoba para financiar las obras.
La lucha continúa
La lucha de La Piojera no ha cesado. Tanto los vecinos de Alberdi como las organizaciones sociales continúan luchando por la reapertura del centro cultural, no sólo porque pertenece a las raíces históricas de un barrio popular sino también porque apuestan a la auto gestión y al arte independiente que hoy se encuentra en riesgo frente a las ofensivas neoliberales del gobierno macrista.
El viernes 15 de junio se llevó a cabo un “Agitito” frente a las escalinatas del teatro impulsado desde la Comisión artística por la reapertura de La Piojera, que llevaba impresa la temática infantil con los lemas “¡Queremos empiojarnos!: ¿Y, Ramón? ¿Y la llave?”, donde los y las integrantes de la comisión, disfrazados de payasos, llevaron adelante distintas intervenciones junto con los piojitos del barrio.
Este tipo de actividades forman parte de la agenda de esta nueva comisión, un espacio que se fue gestando desde artistas que sienten la historia del teatro y que se comenzaron a organizar, como ya vienen haciendo los vecinos, para levantar y fortalecer este reclamo popular. Muraleadas, pegatinas y distintas intervenciones son algunas de las ideas que rondan en el lugar, ideas que van de la mano con un accionar legal llevado a cabo por otra comisión. Sus integrantes convocan a reunirse a todos aquellos interesados a las reuniones periódicas que el grupo mantiene los martes a las 14:00 h en el Centro Vecinal Alberdi, o mantener contacto a través de las páginas de Facebook “Che Piojo” o “Cultura Barrial Alberdi”.
Esta es una de las tantas expresiones de lucha que encontraron su escenario en este barrio y que reflejan que Alberdi no se doblega ante los avances del municipio y de los grandes empresarios inmobiliarios, que intentan socavar la identidad y la cultura colectiva gestada a lo largo de la historia en sucesos de lucha tales como la Reforma Universitaria del ’18 y el Cordobazo, y en el sincretismo cultural generado por la presencia de las comunidades peruanas y bolivianas, de descendientes de pueblos originarios, de estudiantes del Hospital Clínicas, de los colegios secundarios y del Club Belgrano. Es por todas estas características que el barrio lleva grabado en cada calle y en cada pasaje el lema: “Alberdi, cuna de las revoluciones”. |