Gomperts fue la fundadora de Woman on Waves. Es de esta manera que en un barco holandés una “clínica móvil” apta para realizar abortos, podrían llevar a las mujeres que pedían ayuda hacia aguas internacionales, donde la ley que rige es la del país de origen del barco, en este caso de Holanda, donde el aborto es legal.
El mensaje que querían difundir era que cada mujer podía tomar el control sobre su vida y sobre su cuerpo. Las leyes y la religión no pueden impedir los abortos, solo volverlos inseguros.
El documental sigue durante 7 años las campañas de estas mujeres que viajaron a Irlanda, Polonia, Portugal, España, Ecuador y Tanzania, entre otros países. El elemento común en todas las campañas fue el rechazo que tuvieron del Estado, los medios de comunicación y de grupos católicos.
Así y todo, lo más destacable de estas campañas no eran las acciones concretas sino la apertura del debate en la sociedad, de discutir por qué el aborto debía legalizarse. En Polonia, por ejemplo, luego de la visita de Women on Waves, el porcentaje de ciudadanos a favor del aborto pasó de 44% a 56%.
Con el descubrimiento del misoprostol, años después, largaron una línea de comunicación directa donde las mujeres podían llamar y obtener asistencia e información inmediata sobre cómo hacer abortos seguros en sus casas, amplificando la llegada de su accionar.
Un debate de estrategias
El documental por un lado muestra una actitud optimista respecto al futuro de la situación de las mujeres en el mundo. Sin embargo también reconoce que su activismo es solo “una gota en el océano”, ya que en la medida de que el aborto sea ilegal en una gran parte del mundo, miles de mujeres seguirán sufriendo las consecuencias de su clandestinidad.
Pero la pelea no termina en la legalidad, sino que es fundamental exigir la gratuidad. Por ejemplo, en Estados Unidos, donde supuestamente es legal, muchas mujeres no acceden porque no pueden pagarlo, y tienen que recurrir a métodos peligrosos.
En Argentina, cada año más de 300 mujeres mueren por abortos clandestinos, en su mayoría jóvenes y pobres. Hay una realidad para quienes no pueden acceder a clínicas privadas o conseguir la pastilla, muertes que se podrían evitar.
El caso de Belén, la joven tucumana que fue condenada por haber tenido un aborto espontáneo, no solo [generó la bronca de miles que impulsaron una gran campaña por su inmediata Libertad sino que además volvió a poner en agenda el debate del aborto, Un debate que tanto el kirchnerismo como el macrismo se niegan a dar y que cajonearon sistemáticamente en el congreso.
De cara al encuentro Nacional de Mujeres en Rosario, donde se discuten las estrategias para conquistar este derecho elemental, uno de los desafío desde la agrupación de mujeres Pan y Rosas es impulsar un gran movimiento de miles de mujeres que movilizadas pongan en la agenda política nacional el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. |