En el marco de una mesa de debate por el 50° aniversario de la Noche de los Bastones Largos, Cristina Kirchner realizó su tercera aparición pública consecutiva, esta vez, en la Facultad de Filosofía y Letras. Estuvo acompañada por Daniel Filmus, la decana de Filosofía y Letras Graciela Morgade y Roberto Salvazerra.
También participaron de la jornada Horacio González, referente de Carta Abierta, Adriana Puiggrós, Jaime Sorin (ex decano de FADU) y Jorge Aliaga (ex decano de Exactas). La composición de la mesa fue un guiño a las autoridades universitarias que han co-gobernado la UBA junto a los radicales durante las últimas décadas.
Algunas claves de su discurso, que en poco más de 40 minutos de exposición, tuvo como ejes la necesidad de la “unidad del campo popular”, y el llamado a los estudiantes a ser los encargados de “darle la llave a la sociedad” para que entienda el mundo en el que vivimos
Conflicto educativo, ausente para Cristina
El discurso de la ex presidenta viene siendo que al macrismo hay que dejarlo gobernar, y que ella no tiene vocación de oposición. En sintonía con la no confrontación, un gran ausente en su discurso fue el reciente conflicto universitario, que en Filosofía y Letras se desarrolló con cientos de clases públicas, y tuvo al CEFyL junto a los estudiantes a la cabeza de la toma de la facultad, cortes de calle y enormes movilizaciones, que confluyeron en la gran marcha educativa del cuatrimestre pasado con más de 40 mil personas para enfrentar la política de ajuste del macrismo.
“No cambiaron, volvieron” ¿O nunca se fueron?
Una nota de color fue cuando mostró la tapa de un boletín del grupo “Ciencia y Técnica Argentina” titulado “No cambiaron, volvieron”, en referencia a la situación que atraviesa el sector desde que asumió Macri. Pero en realidad habría que decir que nunca se fueron. La Universidad de Buenos Aires, hace años está gobernada por una alianza de funcionarios mayoritariamente radicales, kirchneristas y del PRO.
Que, además, gobernaron sin fricciones durante todos los años kirchneristas. Ellos fueron parte del acuerdo con los radicales y la Franja Morada para elegir autoridades en la Asamblea Universitaria del 2006. En aquella oportunidad sesionaron en el Congreso Nacional a espaldas de la comunidad educativa, con vallado y represión policial contra los estudiantes que exigían la democratización, y terminaron eligiendo la fórmula de Hallú como rector y Sorín, presente entre el auditorio, como vicerrector de la UBA. El propio Richarte, obligado a renunciar por la denuncia de los centros de estudiantes combativos, además de abogado de los funcionarios kirchneristas implicados en casos de corrupción -Boudou, Abal Medina, etc- fue electo vicerrector del propio Barbieri sin ninguna oposición decisiva del sector kirchnerista.
La “unidad popular”. ¿Con quiénes?
El inicio de la exposición de la ex presidenta estuvo marcada por la idea de “unidad del campo popular”, evitando permanentemente hacer mención explícita del actual gobierno de Macri, al que nunca nombró.
En su línea de construir un Frente Ciudadano, Cristina llamó a estudiantes, docentes y no docentes a “olvidarse de las diferencias y ponerse de acuerdo en dos o tres puntos”. Esta propuesta de unidad en la universidad incluye, según sus propias palabras, a la Franja Morada (brazo estudiantil de Cambiemos) ya que, según ella, “en algún momento también los van a tocar”. Un planteo que lejos de sorprender, se condice con su trayectoria en la universidad. El mensaje del kirchnerismo para la universidad parece venir de la mano de un proyecto común con las autoridades, y con los que siempre estuvieron gobernando y haciendo negocios con los radicales.
La herencia que es continuidad… y viceversa
Planteó la necesidad de construir “conocimiento crítico” desde la universidad para evitar el disciplinamiento social, para luego hacer un repaso de algunas estadísticas en materia de educación. Pero la reivindicación de su política educativa chocó inmediatamente con una realidad asumida desde sus propias palabras, casi como una confesión: “Que la universidad salga al pueblo, porque el pueblo no puede entrar a la universidad” afirmó, dando cuenta que a pesar de su relato, en los hechos la universidad sigue estando muy lejos para la mayoría de los trabajadores.
Un poco ecléctica fue la idea alrededor de que “la pesada herencia es haber puesto a la ciencia y a la tecnología en el centro”, siendo que el encargado de poner la “tecnología en el centro” fue el impopular Lino Barañao, primer ministro de Ciencia y Tecnología desde el 2007 creado por CFK, y actual funcionario macrista con la veña de la ex presidenta, quien desarrolló el tan reivindicado plan científico y tecnológico de sus gobiernos que parece poder continuar sin problemas con la administración macrista. Una clara continuidad.
Sobre ese andarivel se explica que los criterios de calidad y equidad, típicos de gobiernos que mercantilizan el conocimiento (en vez de fomentar uno crítico), responden a la forma de comprensión de la educación del kirchnerismo. Los Gobiernos de la década pasada, tienen la marca indeleble de haber mantenido la ley baluarte del programa neoliberal, la menemista Ley de Educación Superior (LES), y en ese sentido, llevar la implementación de la CONEAU, para de esta forma profundizar la injerencia de empresas privadas en la elaboración y planificación de carreras y posgrados, con la posibilidad de tomar mano de obra gratis de las universidades.
La llave de la universidad
También abrió un debate sobre el rol de la militancia universitaria, planteando que “hay que dejar de discutir quien tiene la llave de las fotocopiadoras” que manejan los centros de estudiantes, porque “lo importante es quien le da la llave a la gente para que entienda el mundo que tenemos”. Curiosa afirmación hacia el kirchnerismo, que hoy pone en el centro de su política la administración de las fotocopias en el único centro de estudiantes que conduce en la UBA, en la Facultad de Ciencias Sociales. Allí, La Campora, Nuevo Encuentro y la UES, gracias a la colaboración de las autoridades de la facultad, vienen invirtiendo recursos para que el centro de estudiantes haga “buena gestión de apuntes”, sin nada que envidiarle al modelo de centro de estudiantes de la Franja Morada-Cambiemos.
Hablando de la libertad…
Al finalizar, se refirió a lo que ella considera como uno de sus “mejores aspecto” de gobierno, al plantear que “si me dieran a elegir de mi gobierno lo mejor de los 12 años y medio, fue que todos pudieron decir y hacer lo que realmente querían”, y agregó que nadie puede decir “que se tuvieron que callar la boca o ir presos por decir algo”. Muy distante de sus dichos se encuentra la realidad, de los más de 5 mil procesados por luchar, los trabajadores petroleros de Las Heras, condenados a cadena perpetua, e incluso estudiantes de la misma facultad de Filosofía y Letras que fueron detenidos y reprimidos por la Gendarmería nacional de Berni, cuando apoyaron a los trabajadores de Lear desde el CEFyL en las protestas en Panamericana.
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