La sesión especial fue lograda sobre un punto común: frenar el tarifazo. El escándalo atravesó la sesión. Cambiemos impuso un cuarto intermedio de 40 minutos. Se exigió la interpelación del ministro de Energía, Aranguren.
La sesión especial convocada por los bloques de la oposición comenzó con la cantidad justa para lograr el quórum. Sin embargo, a medida que pasaban los minutos las butacas vacías fueron siendo ocupadas. Uno de los últimos en llegar fue el presidente del PJ, Luis Gioja.
El número de 132 diputados se logró escasos minutos pasadas las 11:00, que era el límite de horario. Una vez logrado el quórum por la oposición, Cambiemos bajó al recinto para evitar de este modo que los diputados que llamaron a la sesión puedan votar con su sola presencia. La trampa del reglamento indica que para poder votar proyectos que no hayan pasado por comisión, como es el caso de los que se trataban ayer, tiene que autorizarse mediante una mayoría especial, los dos tercios de los presentes. Para evitar esto bajó el bloque de Cambiemos en pleno al recinto, para evitar que se puedan discutir los proyectos contra el tarifazo o una interpelación al ministro Aranguren.
La sesión especial se embarró por el reglamento
Fue el inicio de una larga y farragosa discusión sobre cuestiones reglamentarias, que finalmente logró su cometido: impedir la discusión de fondo, lo que preocupa a los afectados por el tarifazo.
Graciela Camaño, por parte del Frente Renovador, comenzó la sesión planteando que “no hemos tenido la posibilidad de abarcar el tema en este ámbito” y desarrolló su propuesta basándose en determinados artículos del reglamento interno de la Cámara de Diputados para pedir que se traten los proyectos aunque no tengan despacho de comisión. A ella se sumó el jefe de bloque del FpV, Héctor Recalde, que citando a Aristóteles pidió que el principio que rija la sesión sea el de la “primacía de la realidad”, en referencia al tarifazo en curso. La mayoría de los bloques opositores se sumaron a este pedido de que se trate el tema de fondo.
Finalmente, el planteo de Camaño apelando a diferentes artículos del reglamento fue rápidamente tomado por la coalición oficialista que terminó por embarrar la discusión corriendo del eje el debate sobre cómo frenar el tarifazo. Un juego más que conveniente tanto para el oficialismo como para el Frente Renovador. ¿Doble juego? No sería la primera vez que bloques de la oposición se prenden en el juego dilatorio para que los temas que importan no se discutan a fondo.
Por parte de Cambiemos, el diputado de la UCR Mario Negri, en su búsqueda por centrar el debate alrededor de cuestiones de reglamento, marcó la imposibilidad de que este tema sea discutido en el recinto. Dijo que había una intención de “descuartizar el reglamento”.
La diputada del Frente de Izquierda, Myriam Bregman, planteó, que “por primera vez en mucho tiempo estamos en una sesión donde estamos discutiendo lo que realmente le interesa al pueblo trabajador. Por primera vez no está en discusión como darle beneficios a los empresarios”. Y agregó que “es increíble que por un problema reglamentario no se pueda discutir una situación tan grave y que afecta a millones en todo el país. La situación que viven los trabajadores y los sectores medios con el tarifazo es durísima, dramática, y en lugar de dar respuesta a esa realidad estamos asistiendo en este recinto a una burda maniobra por parte de Cambiemos, a una burla a 40 millones de argentinos. Es increíble que por ¡un reglamento! hoy no podamos siquiera sancionar una norma que nos pide todo el pueblo trabajador o interpelar al Ministro Aranguren y que dé explicaciones en este recinto”. Y agregó que “es equivocado pensar que planteando cuestiones reglamentarias le van a poder seguir saqueando el bolsillo al pueblo trabajador y a los sectores medios. Hoy ratificamos nuestra posición de que a este gobierno hay que frenarlo con la lucha con la movilización y con el paro nacional que seguimos exigiendo”.
Luego de varias intervenciones de diputados de diversos bloques, y ante el pedido de votación de las mociones presentadas el presidente de la Cámara, Emilio Monzó (PRO), quiso imponer que se vote la autorización o no al tratamiento del proyecto de interpelación a Aranguren (los dos tercios sobre los que descansaba Cambiemos), en lugar de hacer lugar a los pedidos de los distintos bloques de que se deje de lado este aspecto del reglamento en virtud de la gravedad de la situación del tarifazo.
Los gritos de los diputados y el enorme repudio no se hizo esperar. El presidente de la Cámara se vio obligado a llamar a un cuarto intermedio luego de veinte minutos de gritos y cánticos a favor y en contra del tarifazo, que se extendió por más de 40 minutos.
Al regreso del cuarto intermedio el resultado estaba cantado: Cambiemos impuso su mayoría y se terminó votando con su mayoría especial que no se trate ningún proyecto referido al tarifazo, convirtiendo la sesión una vez más en una burla a los trabajadores y los sectores medios que lo vienen padeciendo.
Sólo en un punto cedió el oficialismo: ante la exigencia de interpelación al Ministro de Energía por parte de la mayoría de los bloques opositores, y puesto a la defensiva por la oposición que había logrado el quórum, Mario Negri dijo “vamos a invitar al ministro Aranguren a un plenarios de comisiones”, mientras que la mayoría de los diputados que argumentaban sobre este punto sostenían que debía presentarse en el recinto de la Cámara de Diputados. Fue el único fruto que rindió la presión opositora: Aranguren deberá presentarse el próximo martes 16 de agosto ante un plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Energía, Obras Públicas, Presupuesto y Defensa del Consumidor.
La diputada de izquierda planteó: “Apostamos a la lucha y a la movilización, y reclamamos un paro nacional para realmente tirar abajo el tarifazo para pararle la mano al Gobierno. Los diputados no podemos mirar para otro lado, lo que aquí votemos tiene que ser un punto de apoyo para esa lucha”