Elecciones en Uruguay

Si bien faltan los datos oficiales (que serán dados a conocer durante el lunes) todo indica que el futuro presidente uruguayo se terminará decidiendo en un balotaje a realizarse el próximo 30 de noviembre entre los dos candidatos más votados, Tabaré Vázquez del Frente Amplio y Luis Lacalle Pou del Partido Nacional (o Blanco).

El Frente Amplio con prácticamente un 47% de los votos muestra que ha sido capaz de revertir el estancamiento y pequeña baja en la preferencia electoral que señalaban las encuestas. Apoyándose en la excepcional situación económica internacional que le permitió ciertas mejoras moderadas en los 10 años de gobierno, logró mantener la adhesión de la mayoría del pueblo trabajador y acercarse al 50% de votos necesarios para triunfar en balotaje que se realizará el 30 de noviembre.

En Montevideo el FA cae pero lo vota cerca del 54%, y en el interior el partido de gobierno logra mantener sus porcentajes y avanzar en líneas generales.
Además, se colocó al borde de la mayoría parlamentaria, aunque no le alcanzará para lograr el “diputado 50” que le permita no depender de coaliciones con otros partidos. En cambio, en el senado el FA se encamina a mantener sus 15 bancas, lo cual le permitiría (en caso de acceder a la presidencia) obtener mayoría simple mediante el voto del vicepresidente como “senador 16”.

El aproximado 31 % del candidato blanco Luis Lacalle Pou constituye una relativamente buena elección, aunque sus posibilidades de llegar a la presidencia son remotas. A pesar que el candidato colorado Pedro Bordaberry ya ha anunciado que llamará a votar al candidato blanco, la diferencia lograda parece muy difícil de revertir. El 13% (cae 5% con respecto a 2009) de Bordaberry ha sido menor del resultado esperado por su partido y es cercano a lo que obtuvo en sus peores votaciones a la salida de la crisis del 2002 cuando era gobierno.

Por su parte, la Unidad Popular-Asamblea Popular está marcando por encima del punto porcentual lo cual le permite acceder al parlamento con un diputado (y según empresas como Factum pelea una segunda banca). De confirmarse el 1,1% que algunas consultoras otorgan al Partido Ecologista Radical Intransigente, tendríamos en total seis bloques partidarios en el legislativo, lo que de conjunto configura el Parlamento más fragmentado en varias décadas.

Estos porcentajes junto al 0,2% del Partido de los Trabajadores configuran una novedad de aproximadamente 2,5% de votos que se expresan a la izquierda del Frente Amplio (en un escenario donde el FA pierde solamente algo más de un punto con respecto a 2009) en un escenario donde en la previa aparecía una fuerte polarización “derecha-izquierda” entre los grandes partidos del régimen.

Esta noche, la derecha tradicional uruguaya pierde dos batallas importantes: 1) Colorados y Blancos sumados no superan al Frente Amplio, y por lo tanto tampoco logran mayorías parlamentarias, y 2) el SI a la baja de la edad de imputabilidad (proyecto impulsado por la derecha y puesto a votación en la jornada del domingo) queda estancado en 45%, aunque con un porcentaje importante que puede servir como base de maniobra de ambos partidos en el futuro.

De conjunto Tabaré Vazquez queda mejor perfilado para el balotaje con mayores chances de obtener un tercer gobierno frenteamplista en una situación signada por la desaceleración económica y una agenda de derecha, empresarios, y gobierno que va hacia un ajuste fiscal.

Además, el triunfo ajustado de Dilma en Brasil da al Frente Amplio una bocanada de aire fresco que le permite encarar el próximo mes con un discurso de “inagotabilidad” del “progresismo” en la región.