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La Izquierda Diario
31 de agosto de 2016 Twitter Faceboock

Bolivia
Conflicto entre cooperativistas mineros y el gobierno del MAS
Elio Aduviri

Días pasados Bolivia se vio conmocionada por el conflicto entre los cooperativistas mineros y el gobierno de Evo Morales y el MAS a raíz de la modificación a la Ley 356 de Cooperativas mineras, que pretendía regular el trabajo y las operaciones comerciales que realizan los cooperativistas a lo largo y ancho del país. El conflicto terminó con el saldo trágico de cuatro trabajadores mineros y un viceministro muertos además de cientos de heridos. La muerte del ministro abrió camino a la represión con cientos de detenidos y varios procesados además del cierre de la Radio de las cooperativas mineras.

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Antes de este conflicto el gobierno de Evo Morales había dejado en la calle a 900 trabajadores fabriles de la empresa ENATEX, un conflicto que duró más de 3 meses y que mostró el carácter pro empresarial de este gobierno. Debido al desgaste que le ocasionó el conflicto, el gobierno saca la modificación a la ley 356, que según los mismos cooperativistas, abre el camino a la sindicalización de los trabajadores que ellos manejan, generando un gran rechazo del sector de grandes y pequeños empresarios-cooperativistas.

¿Cómo es la organización de las cooperativas?

Las cooperativas mineras constituyen un sector social de pequeños, medianos y grandes empresarios que invierten en la extracción de minerales. Con la inversión adquieren la categoría de socios de la cooperativa, pero a diferencia de una cooperativa en el sentido colectivo del término, los socios tienen derecho a la búsqueda y explotación de mineral en determinados parajes. Si la buena fortuna sonríe a ese cooperativista con una veta de mineral, ese mineral es de su propiedad y por lo tanto para acelerar la extracción puede contratar peones, jornaleros, y diversas formas de trabajo asalariado o por volumen.

Muchas veces los trabajadores dependientes de este cooperativista afortunado son cooperativistas pobres con pequeñas extensiones de explotación y muchas veces sin mineral, quienes se ven obligados a trabajar de manera dependiente de otro socio. A esto hay que añadir que no gozan de beneficios sociales y tampoco seguro medico. Y en las pequeñas cooperativas no tienen ni ropa ni herramientas de trabajo adecuados. Una forma de explotación pre capitalista y atrasada pero que ha permitido enriquecer aceleradamente a una nueva burguesía de origen plebeyo. De hecho las cooperativas mineras eran y son dirigidas por los cooperativistas ricos quienes se benefician de la imposibilidad de organización sindical de sus dependientes y de enormes ventajas impositivas.

En todo lo que va de la gestión de Evo Morales los cooperativistas ricos lograron acceder al parlamento donde con la ley de cooperativas están exentos de pagar impuestos en minas y también de no estar incluidos dentro la ley general de trabajo. A razón de esto evaden cualquier deuda social con los trabajadores o “socios” pobres de la cooperativa.

La resistencia de los cooperativistas ricos y la represión del gobierno

El conflicto se desató cuando el gobierno introduce en el senado una modificación al artículo 37 de la Ley de Cooperativas que dice “en resguardo de los derechos constitucionales en vigencia, se respetan en las cooperativas, los derechos sindicales, laborales y de asociados de los sindicatos que incluyan asociadas y asociados pre-existentes a la promulgación de la presente Ley, así como de los que fueren a constituirse a futuro en los sectores de Servicios y Servicios Públicos”. Los cooperativistas ricos impulsaron la movilización con bloqueo de caminos y para ello obligaron a que decenas de miles de trabajadores que no son socios, salieran a las rutas de país.

Luego de una brutal represión del gobierno que dejó dos trabajadores de las cooperativas muertos por bala de plomo, el viceministro de Régimen Interior, Rodolfo Illanes, fue atrapado por grupos de mineros movilizados. La retención de Illanes se transformó luego en un asesinato cuando el gobierno, conociendo la situación del ministro, desató una nueva y salvaje represión en la localidad de Panduro llevándose la vida de un tercer trabajador minero y la situación de gravedad de varios otros, culminando con la muerte de un cuarto trabajador las pasadas horas.

Esta última represión desató toda la violencia contenida cobrándose la vida del viceministro. El gobierno se ha referido a los sucesos, como el de un golpe de estado derrotado, fuerte argumento que le permite endurecer la represión contra los cooperativistas y que mañana la usará contra los trabajadores y el pueblo como lo mostró el conflicto de ENATEX.

Ante este escenario la burocracia de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Boliviana (FSTMB) sólo repitió lo que el gobierno argumentaba, no defendió a los cooperativistas pobres y mucho menos organizó a los trabajadores para defender los derechos laborales. La necesidad de organizar a los trabajadores avanzados para recuperar la independencia política y sindical se convierte en una tarea de primer orden para avanzar en la recuperación de los sindicatos y federaciones sindicales así como también para iniciar una movilización general para exigir la nacionalización y la transformación en empresas estatales con control obrero de la minera empresarial y de la minería cooperativizada.

 
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