Esta semana en la empresa Renault Córdoba se vivió una situación que esta generalizándose en toda la industria: aprietes para aceptar retiros voluntarios (despidos encubiertos) en el marco del ajuste.
Un operario de esa automotriz así lo señaló a este diario. “Desde el lunes pasado están parando en la guardia y llevan a los compañeros a Recursos Humanos. Ahí los obligan a firmar el retiro voluntario por reestructuración de personal de planta. Al que no aceptan lo echan y al otro día le depositan lo que corresponde por ley. Esto es mucho menos que el retiro voluntario que te ofrecen. Te paran en la guardia y tenés que firmar sí o sí. Lo que se vive en Renault está muy lejos que el paraíso que prometieron”, manifestó el empleado de la multinacional francesa de quien, por obvias razones, se preserva la identidad.
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Además, varios trabajadores de Ford y Volkswagen vienen contando cómo se están dando las suspensiones y despidos en las automotrices, rama de la industria que ya cayó más de un 12% en la productividad.
Amenazas en la alimentación
Hace un par de semanas en el programa de Mauro Viale por canal América el periodista Lucio Di Mateo habló de más de dos mil puestos de trabajo en riesgo, atribuibles a los posibles despidos y suspensiones tanto en la industria automotriz como en alimenticias.
Y mencionó como ejemplo a Kraft (hoy Mondelez). Según Di Mateo quedaron, “en apenas cuarenta y ocho horas, dos mil puestos de trabajo en riesgo. Una es una empresa nacional y dos son multinacionales. En el caso de la empresa nacional son suspensiones, en caso de las otras parece que vamos derecho a los despidos. Una automotriz y la otra productora de alimentos. Una es Kraft y otra que produce electrodomésticos es Atma. En cuarenta y ocho horas dos mil puestos de trabajo en riesgo, seiscientos de Atma y los otros mil cuatrocientos entre las dos empresas.”
Si bien esto no sucedió, preocupó a muchos trabajadores la noticia.
En empresas como PepsiCo hace tiempo que comenzó un intento de vaciamiento de producción, sin inversión en la planta y retiros voluntarios. Cabe destacar que la comisión interna hace ya mucho tiempo que viene sosteniendo una política de denuncia sobre este problema.
En Mondelez Pacheco (ex Kraft) también se vienen llevando adelante los retiros voluntarios. Allí se da mediante aprietes sobre todo a quienes la empresa llama TAP (Tareas Adecuadas Permanentes), que no son otros que “los rotos”. Pero las versiones de despidos son cada vez más fuertes. Todo eso ligado a una postura de la patronal que comienza a apretar cada vez más las condiciones de trabajo con medidas tales como no poder ya ni siquiera fichar con ropa de calle o querer sacar los tiempos de descanso.
En Mondelez Planta Victoria intentaron sacarle el refrigerio al personal tercerizado de limpieza, cuestión que se pudo frenar. Pero las comisiones internas de las plantas Pacheco y Victoria se muestran pasivas por su acuerdo con el sindicato, razón por la cual hacen oídos sordos ante el reclamo de llamar a asamblea para pararle la mano a la patronal.
CGT: nuevo triunvirato, misma tregua
La nueva conducción de la CGT y el triunvirato sigue en su octavo mes de tregua frente al ajuste del gobierno y las patronales. Los trabajadores, por otro lado, intentan resistir a despidos y suspensiones.
Los dirigentes sindicales se van con Massa, Macri o el kirchnerismo. Lo cierto es que no está en ninguno de ellos sacar los pies del plato de la tregua. Carlos Acuña y Héctor Daer son diputados massistas, mientras Juan Carlos Schmid, de la línea de Hugo Moyano, sigue su política de sostener al gobierno de Macri.
En ese nuevo rearmado Rodolfo Daer, el secretario general del sindicato de la Alimentación, está al frente a la Secretaría de Producción y Protección. La tregua tiene su precio, que son los millones de pesos que el gobierno prometió para el negocio de las obras sociales.
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La Agrupación Bordó de la alimentación viene exigiendo que Rodolfo Daer llame a asambleas en las fábricas y plenarios para que la voz de los trabajadores sean escuchadas y, por esa vía, poder frenar este avance que tiene a los trabajadores en una total inestabilidad.
Al mismo tiempo se hace la exigencia a las cúpulas sindicales, los trabajadores que se reivindican clasistas están poniendo toda su energía en reagrupar las fuerzas, para romper la pasividad a la que buscar someterlos desde la burocracia sindical.
En ese marco, las agrupaciones independientes de los patrones, de la burocracia y de los partidos patronales participan en el armado de una verdadera corriente militante que se propone la defensa contra los despidos, contra la flexibilización laboral y contra la persecución a dirigentes que vienen siendo perseguidos por representar los reclamos de los que menos tienen.
Al mismo tiempo apoyan todas las medidas, como por ejemplo el próximo ruidazo del 16 de septiembre. Y seguirán exigiendo a las centrales sindicales que llamen al paro nacional y plan de lucha, únicas medidas que pueden parar este plan de ajuste. |