Presencia militar en la UAGRM (CPE)
Foto: scoopnest.com

La universidad vive su larga noche oscura. El miedo de las camarillas es evidente. A dos meses de la gran revuelta que protagonizamos y la victoria política que alcanzamos: con movilización, lucha y resistencia, durante los diez días de la toma, quieren cerrar la profunda crisis abierta que se agrava, en el contexto de una crisis económica con permanente recorte de presupuesto universitario, con medidas superficiales y violentas, con matonaje y prebendas, por eso nos llevaron a una elección ilegal, militarizada, llena de irregularidades y con un alto porcentaje de ausentismo, a pesar de la multa de 1000 bolivianos que impusieron a última hora.

Miguel Cadima y Saúl Rosas irán a segunda vuelta el 20 de septiembre. Ambos ya empezaron a hacer acuerdos con otras camarillas, ya que todo vale para ganar el rectorado. El primero ganó en estudiantes y el segundo en docentes, bajo el sistema antidemocrático del voto ponderado, donde el voto de 1 docente equivale al de 55 estudiantes, o sea que bastaría con el voto de 1400 docentes para imponer una autoridad ilegítima, a los más de 80.000 estudiantes.

Las camarillas tuvieron que recurrir al gobierno para que los auxilie y sitiar la universidad. Saben que en cualquier momento podría estallar una nueva revuelta, más intensa y explosiva. Saben que la indignación y la rabia permanecen en nuestros espíritus rebeldes. Ante semejante situación, las camarillas, en contubernio con el gobierno, tuvieron que convertir en “asunto de Estado” las elecciones. Y con ese argumento los Ministerios de Gobierno y de Defensa instruyeron a cientos y cientos de policías y militares para que con arma en mano disciplinen a los estudiantes el día de las elecciones: revisando mochilas, limitando la libre expresión y crítica e intimidando a los y las estudiantes permanentemente.

Ni Saúl Rosas, ni Miguel Cadima, son la solución a la crisis. Rosas, ya fue dos veces rector. En el año 2000 fue apedreado por estudiantes de base, al haberse sometido al gobierno de turno y aceptar miserias para no luchar por más presupuesto para la U, bautizado como el Tío Rata, es un politiquero oportunista y corrupto, ahora se encuentra totalmente sometido al gobierno del MAS, arrastra varias denuncias de corrupción y su campaña son los churrascos, las fiestas, los pilfrut, etc. Por ejemplo, durante su campaña en el año 2000, proponía construir un motel y cantina universitarias.

Miguel Cadima, quien se hace llamar “la luz” por su fanatismo religioso. De quién no se sabe hasta ahora cómo pasó a ser de trabajador administrativo a docente. Quien incluso terminó apoyando a Saúl Rosas en la segunda vuelta de hace cuatro años. Además, realiza apología a la violencia de género al recomendar a nuestras compañeras cómo vestirse para que no las violen. Sus propuestas son lo mismo que los demás, aunque con menos prebenda, una de ellas es crear la carrera de teología. Si bien, por oportunismo político, en determinado momento defendió el voto igualitario, ahora, ante la posibilidad de ganar, renegó de esa demanda democrática y legitima su participación en elecciones que se rigen por el voto ponderado.

Denunciamos éstas elecciones ilegitimas e ilegales, por tanto, llamamos a votar nulo y a luchar, sobre la base de la independencia política, por el voto universal e igualitario y por mayor presupuesto para la universidad. Debemos autoorganizarnos, ante el silencio estúpido y culposo de nuestras autoridades estudiantiles, que permiten la violación a los estatutos y a la autonomía universitaria y el pisoteo de nuestros derechos.

Debemos defender, retomar y encaminarnos en la lucha por la agenda de julio, donde demandamos: anulación total del claustro universitario, renuncia de todos los miembros de la corte electoral, auditorías internas, congreso universitario y voto universal.

Es urgente organizar asambleas por carrera, por facultad y generales. Debemos convocar curso por curso a nuestros compañeros y construir cuerpos de delegados desde las bases. Contra la violencia y matonaje de las camarillas, debemos organizar comités de autodefensa.