El presidente se aferra al poder excusándose en la sensación de ‘inseguridad’, la protesta, la falta de unas fechas para las elecciones y de un censo electoral ‘en condiciones’. Mientras, miles de congoleños reclaman al actual presidente Kabila que convoque las elecciones que deberían ser realizadas a fin de año. El presidente Kabila tenía como fecha límite constitucional para llamar a la cita electoral el día 20 de septiembre.
Las congoleñas y congoleños se manifiestan contra el gobierno en las calles de la capital, a favor de una cita electoral clara y definida. El gobierno de Kabila responde a cambio sólo con más represión. Entre el lunes y martes han ocurrido entre 40 y 50 muertes de manifestantes en Kinsasa, la capital.
Además, hay tres sedes de partidos de oposición quemadas. La información aportada por medios de información y observadores de ONG concluyen que los muertos han sido provocados por la acción de las fuerzas de seguridad del país con la intención de disuadir la protesta. También se denunció el acoso gubernamental a periodistas y observadores extranjeros como la investigadora de Human Rights Watch, Ida Sawyer, quien fue expulsada del país.
Naciones europeas estudian la posibilidad de concretar sanciones al Congo debido al aplazamiento de elecciones, argumentó ayer lunes Jean- Marc Ayralt, ministro de exteriores francés. A pesar de todo, la política de los países europeos hasta ahora ha sido apoyar al gobierno represor en Congo.
Congo: un siglo XX y una historia reciente bañada de sangre
En el corazón del África las cosas nunca suelen ir muy bien y el Congo viene arrastrando una historia de dominación bastante trágica desde el pasado siglo.
Desde la independencia colonial de Bélgica (1908 – 1960), le siguió un periodo de una cruenta dictadura militar del general Mobutu, tras el breve paréntesis democrático de 1960 a 1965. Mobutu llegó incluso a cambiarle el nombre al país: Zaire. Pero las cosas tampoco marcharon bien para el dictador y finalmente un sector rebelde liderado por Laurent-Désiré Kabila, padre del actual presidente Kabila, se hizo con el destino del Congo en 1997 hasta 2001, cuando fue asesinado y asumió su hijo.
Otros episodios sangrientos son los vividos en el interior del país. Está la lucha armada al oeste entre el Movimiento 23 de marzo o M23 (en lucha desde 2012) y el gobierno; la invasión de las tropas ruandesas (1996-1998) en las zonas mineras y las variadas confrontaciones tribales (200 grupos étnicos y 242 lenguas), atraviesan múltiples conflictos motivados, entre otras causas, por la desigualdad, la ambición, el imperialismo. Así, queda la historia reciente del Congo, tintada en sangre, bajo el sonido de las balas, del color de los diamantes y del sufrimiento de las violaciones y amputaciones. |