Foto / Enfoque Rojo
A casi una semana de cumplirse el multitudinario Encuentro Nacional de Mujeres, un nuevo caso de lesbofobia estremeció a la comunidad LGBTI el día de ayer. Sucedió en la localidad de Isidro Casanova, partido de La Matanza. Una mujer, asesinó a su hija, después de que la misma intentara irse de su casa por la discriminación y violencia que ejercía sobre ella.
La detenida se negó a declarar ante el representante del Ministerio Público en la causa que caratuló como “homicidio agravado por el vínculo”, asentando que este es un “crimen común”, dejando de lado el carácter lesbofóbico y machista del mismo, siendo que hace años la comunidad LGTB exige que estos casos sean caratulados como “crímenes de odio” tanto por orientación sexual como de género.
Este caso es similar al de la“Pepa Gaitán” que fue asesinada a de un escopetazo en la cabeza por el padre de su novia, solamente por su orientación sexual, en el año 2010.
No es un caso aislado
Hace dos semanas, emergió la noticia de que en menos de 24 hs, tres jóvenes habían sido asesinadas en la provincia de Mendoza, lo cual desató la bronca en las calles de centenares de miles de personas conmovidas por estos femicidios. La misma semana, llegó la terrible noticia de otro asesinato a una joven de 16 años marplatense, Lucía, a la cual drogaron, violaron y la llevaron a una salita donde no pudo ser resucitada.
Los femicidios, son el último eslabón de una larga cadena de violencia cotidiana a la que están expuestas las personas que eligen vivir su identidad y sexualidad de forma disidente a la heteronorma impuesta. El maltrato, el acoso, la burla, la discriminación también son formas de violentar a las personas LGBTI.
También, existe una necesidad imperiosa por parte del patriarcado: Imponerse cada vez más sobre el cuerpo de las mujeres, su identidad, avasallando como topadora nuestras libertades, nuestros deseos, nuestra sexualidad. Todas las expresiones de este sistema putrefacto que nada tiene para ofrecernos a las mujeres, necesita inevitablemente acallar nuestras voces, y someternos a las torturas más inimaginables.
No son víctimas, nos tienen miedo porque estan organizadas
Las mujeres no son víctimas indefensas como quieren mostrarnos los medios de comunicación y las instituciones que reproducen el machismo: a medida que crecen los índices de femicidios y crímenes de odio, la bronca que mastican cotidianamente miles de mujeres se hace una fuerza organizada imparable como lo demostramos este fin de semana pasado en la ciudad de Rosario en el XXXI Encuentro Nacional de Mujeres.
Es que saben que las mujeres y la diversidad sexual no les tienen miedo, al contrario, al acrecentar el odio que genera cada una de las noticias de femicidios, aberraciones u opresiones, se acrecienta cada vez más una fuerte ola organizada de mujeres y la diversidad sexual que dice "basta" a todos estos atropellos.
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Una fuerza organizada
Las mujeres y la diversidad sexual necesitan organizarse para enfrentar los ataques que vienen arremetiendo, porque saben que sus derechos no fueron regalados bajo ningún gobierno, sino conquistados. Como la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de género. Pero hay que seguir, en un próximo escenario como desafío, que es la próxima marcha del orgullo, para levantar la voz contra la lesbofobia y todo tipo de violencia hacia las personas LGBTI
Porque los derechos no vendrán de la mano de quienes garantizan nuestra opresión. Para exigir justicia para Marcela Crelz y para denunciar que en nuestro país miles de personas son discriminados y perseguidos por “subvertir el orden natural”, ganemos las calles este 19 de octubre. La lucha por la libertad sexual es la lucha de todos los sectores oprimidos. |