Viajé como independiente con Pan y Rosas y fue una experiencia inolvidable.
En los talleres hubo de todo: debate, discusiones con vehemencia, exposición de realidades tan diferentes unas de otras y también distintas soluciones. Más tarde un mar de mujeres de todas las provincias y hasta de países limítrofes copando cada rincón de esa preciosa ciudad, por donde miraras habíamos cientos... ¡alucinante!
La convivencia con las maravillosas mujeres de Pan y Rosas fue de una inmensa paz, me hicieron sentir como en casa en todo momento y sin olvidarme de los varones ayudándonos amablemente con todo para que podamos hacer las actividades con toda la comodidad posible sin preocuparnos por nada... ¡unos genios totales!
La marcha y el cierre fueron súper emocionantes, yo lloraba el último día porque me superaba lo que estaba viviendo y mis lágrimas se camuflaban con la lluvia que, de a ratos, nos daba tregua. Deseo de corazón que el próximo se haga en Buenos Aires, así ninguna se lo pierde porque todas debemos vivir esto, aunque sea una vez.
¿Qué si esta experiencia me cambió la vida? ¡Claro que si! Me di cuenta de que no estoy sola, que formó parte de algo más grande, que juntas podemos tomar las riendas de nuestras vidas y destinos ¡Y hasta cambiar la historia...!
Definitivamente, por varios días, no voy a poder pensar en nada más. |