Como parte de las movilizaciones que se realizaron en todo el mundo por #NiUnaMenos, Chile vivió una jornada histórica este jueves con más de 150.000 personas en todo el país.
Porque #VivasNosQueremos, miles de mujeres tomaron este jueves las calles de Santiago, en Chile, dejando claro que ante la violencia de género no habrá indiferencia, por lo menos no de nuestra parte. Fueron más de cien mil personas las que recorrieron la Alameda, desde Plaza Italia hasta Plaza Los Héroes. El grito por #NiUnaMenos se ganó un espacio indiscutible en el debate nacional e internacional.
Tras los últimos casos de femicidios, como el ocurrido con Florencia, niña de nueve años asesinada por su padrastro en Coyhaique; o el caso de Lucía, asesinada brutalmente en Argentina, rápidamente se comenzó a viralizar por las redes sociales las convocatorias en distintos puntos del país.
Así es como miles de personas, especialmente mujeres, luego de las jornadas laborales y de estudio, se congregaron en el sector de Plaza Italia a las 18:00 horas. La masividad, y la sensación de que sería una jornada exitosa, se palparon inmediatamente. Y es que el movimiento feminista y de mujeres ya viene tomando fuerza desde los últimos años, pero con los recientes casos de femicidios y violencia machista, bastó menos de una semana para que una “concentración”, impulsada por distintas organizaciones feministas, se transformara en una de las principales movilizaciones del país, incluso igualando a marchas estudiantiles y contra el sistema de AFP.
El lila impregnó las calles de la ciudad y los cánticos contra los femicidios y la violencia hacia las mujeres estremecieron a miles. “Ni una mujer menos, ni una muerta más, no más femicidas en la impunidad”, fue uno de los gritos más entonados de la jornada. Carteles, lienzos, banderas, pañuelos color morado, vestuarios negros, y una energía imponente, le dieron vida a la movilización.
Distintas organizaciones de mujeres se hicieron presentes en la actividad y convocaron. Las feministas autoconvocadas, Pan y Rosas, la Alzada Libertaria, Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes, mujeres mapuche, entre otras. También participaron Secretarías de Género y Sexualidades como de la Universidad de Chile o el ex Pedagógico; y salieron a luchar trabajadoras y dirigentas sindicales como Nelly Díaz, presidenta del Sindicato del Registro Civil; Brisa Gálvez, presidenta de la Fenats del Hospital Barros Luco; o como las trabajadoras que levantan el Comité de mujeres del Sindicato GAM.
La movilización comenzó de a poco a desplegarse a partir de las 19:30, y debido a la masividad de la convocatoria, mientras la cabecera de la marcha pasaba a la altura de Universidad de Chile, en Plaza Italia aún quedaban miles de personas esperando comenzar recién a marchar. Todo indicaba que sería una jornada exitosa.
Una de las columnas más notorias y enérgicas de la marcha fue la de Pan y Rosas, organización socialista y revolucionaria de mujeres trabajadoras y estudiantes. En palabras de Bárbara Brito, dirigente nacional de la agrupación Pan y Rosas y concejera FECH de la Universidad de Chile y vocera de la Coordinadora Feministas en Lucha, “nosotras debemos seguir movilizándonos en primera línea en esta lucha contra la violencia de género. Este gobierno y los demás que han pasado, cínicamente dicen estar a favor de las mujeres y contra el machismo, pero ellos, por ejemplo, nos imponen sus planes laborales, donde las mujeres trabajadoras ganan menos sueldo que los hombres; nos imponen su educación sexista que reproduce el machismo y la discriminación; nos prohíben el derecho a decidir, a nuestros derechos reproductivos como el aborto libre, legal, seguro y gratuito, entre otras tantas cosas”, manifiesta la joven.
Cuando la marcha llegó a la altura de La Moneda, un proyector iluminó la frase #NiUnaMenos en el frontis del Palacio de gobierno. Cinismo puro. Sucede que año tras año son las autoridades las que permiten que la violencia machista se siga reproduciendo sin ningún contrapeso, y las que quedan indiferentes ante los casos de femicidios y las denuncias de abusos sexuales que ocurren incluso en movilizaciones o en comisarías. Tampoco se preocupan de los miserables sueldos que recibe la clase trabajadora del país, en especial las mujeres que ganan menos dinero por igual trabajo o que no suelen ser contratadas. ¿Y así pretenden que las personas “alcancen buenas pensiones”?
Durante la movilización, cerca de Plaza Los Héroes, mujeres mapuche aprovecharon para denunciar un hecho de violencia policial que ocurrió hace algunos días. Una comunera mapuche fue obligada a parir engrillada y con gendarmes y funcionarios policiales presentes. ¿Acaso eso no es violencia por parte del Estado y sus instituciones policiales? Miles de mujeres y hombres opinan que sí.
La jornada #NiUnaMenos duró hasta cerca de las 22 horas, y se convirtió en una de las movilizaciones de mujeres más masivas de las últimas décadas, incluso igualando a las potentes marchas estudiantiles. Una vez finalizada la marcha, miles de personas permanecieron congregadas en Plaza Los Héroes, entonando cánticos al son de batucadas y sus instrumentos musicales. Sin embargo, la represión policial se dejó caer, contradictoriamente bastante cerca de la consigna proyectada, y pese a eso las y los participantes continuaron participando de la actividad.
Sin duda, la movilización ya marcó un precedente y generó un remezón considerable en el régimen político y el debate nacional. Aún queda una importante lucha que seguir dando, y se debe fortalecer mucho más la organización de las mujeres en sus lugares de trabajo y estudio, avanzando hacia un gran paro nacional de las trabajadoras y estudiantes, que sea de la mano de los trabajadores, sectores oprimidos del país y movimientos sociales.
Bárbara Brito culminó haciendo un llamado “a mantener la organización y movilización. Tenemos que ser miles y miles en las calles, conquistar aún más masividad, y convocar un paro nacional de las mujeres trabajadoras y estudiantes”.
La organización Pan y Rosas – Teresa Flores finalizó la marcha con un acto con cientos de compañeras y compañeros planteando que “la emancipación de las mujeres y la conquista de cada una de las reivindicaciones, será solo posible luchando contra este sistema capitalista que avala el patriarcado y la violencia estructural y naturalizada contra las mujeres y también la diversidad sexual; es decir, en la batalla contra esta sociedad explotadora, opresiva y de clases. ¿Lo podremos hacer solas? No, al contrario, la lucha por nuestra emancipación y libertad plena, pasa por alcanzar la emancipación de nuestra clase, y para eso necesitamos luchar codo a codo con los trabajadores, con nuestros compañeros, y junto a los sectores oprimidos, que se han movilizado hoy con nosotras”.