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La Izquierda Diario
29 de octubre de 2016 Twitter Faceboock

Sociedad
Bajo Flores: con las prioridades “Cambiadas”
Ana Belinco | Delegada de la lista Marrón en UTE-Ctera
Maximiliano Grande

El 5 de noviembre, la escuela 13 DE 11 del Bajo Flores, realizará un festival. Ocasión para encontrarse y pedir mejores condiciones edilicias, mientras se destinan millones en el Operativo Aprender.

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En los últimos meses hemos asistido a una campaña cada vez más violenta contra la escuela pública y contra los docentes que en ella desempeñan su tarea. El diagnóstico dictaminado por el Ministro de Educación y Deportes Nacional, Esteban Bullrich durante el coloquio Idea, es que el “sistema educativo argentino no sirve más”. Explicó que para lograr revertir esta situación se necesita compromiso. El funcionario hizo alusión al desayuno que habían disfrutado los presentes con huevos revueltos y tocino. Entonces expresó: “En ese desayuno la gallina se comprometió, puso huevos, pero el que verdaderamente se comprometió fue el cerdo. Nosotros queremos el compromiso del cerdo en la educación”.

No hay mucho para decir frente a tamaña analogía. Cuando la docencia denuncia la avanzada neoliberal sobre la escuela pública justamente se refiere a que quienes tienen la tarea de pensar políticas educativas en el gobierno macrista se rigen por concepciones empresariales, meritocráticas y elitistas como la vertida por medio de la nefasta metáfora de Bullrich. Las y los trabajadores de la educación serían condenados por negarse a ser empleados del mes inmolándose y aceptando precarización, hacinamiento, degradación de la tarea de enseñar y aprender.

Construcción mediática: allanando el camino para el vaciamiento de la escuela pública

Pese a las denuncias de la docencia sobre el vaciamiento progresivo y sistemático de la escuela pública los medios de comunicación siguen reforzando la idea del Ministro. ¨Los docentes son unos vagos que se niegan a ser evaluados debido a que no quieren que se descubra que son profesionales deficientes¨. El mensaje cala hondo en una porción de la población cuando es machacado en forma sistemática desde medios hegemónicos al servicio de los intereses de los gerentes que nos gobiernan.
Apoyándose en estos argumentos, el Ministerio comandado por Bullrich destinó millones de pesos para desplegar a lo largo y ancho del país el Operativo Aprender 2016, mecanismo evaluador pensado por organismos internacionales. Este operativo, es presentado como la solución a la enfermedad terminal que cursa la educación, pero, tras una supuesta búsqueda de calidad educativa, apunta a extender políticas empresariales al ámbito educativo.
Estos argumentos hacen agua al ser contrastados con la realidad material a la que los docentes y los chicos de la escuela pública deben hacer frente día a día.

Un caso concreto, una realidad extensible a muchos

La escuela Nº 13 del DE 11 está emplazada a dos cuadras de la Villa 1-11-14 del Bajo Flores. Los chicos y chicas que asisten a este establecimiento educativo viven en dicho emplazamiento. Se ven sometidos diariamente a hacinamiento o malas condiciones edilicias en sus propias casas. Tienen padres que trabajan jornadas extenuantes en empleos precarios para recibir a cambio salarios de hambre que no les permiten llegar a fin de mes o tener comida en forma regular en sus mesas.
Uno pensaría que las escuelas que reciben a este tipo de comunidades deberían presentarse como ambientes saludables, amplios, luminosos, confortables pero la realidad es otra diametralmente opuesta. Los pibes y pibas de la escuela 13 del DE 11 son doblemente castigados.

Son golpeados cotidianamente por la exclusión, la marginalidad y el hambre y, al mismo tiempo, son golpeados por una escuela en condiciones edilicias paupérrimas que entorpecen toda práctica educativa de calidad.

Con una matrícula de 296 estudiantes de primaria y 45 estudiantes de jardín cursando en jornada completa los espacios se achican. Todas las aulas dan a un patio central que está techado con un tinglado de chapa. Este cerramiento produce una serie de problemáticas: por un lado, genera una contaminación sonora altísima haciendo muy dificultoso el normal dictado de las clases y por otro lado actúa de ¨horno¨ en verano y de ¨heladera¨ en invierno. En este espacio se desarrollan los recreos de primaria, las clases de educación física (entre medio de columnas y ventanas de vidrio), los actos escolares y dos turnos de pre comedor debido a que los chicos no entran en una sola tanda. Como consecuencia, los niños de jardín prácticamente no pueden hacer uso de dicho patio quedando relegados a una pequeña terracita acondicionada como lugar de juegos o a no salir de sus salitas. El aula de séptimo, en sus años mozos, solía ser un armario de Educación Física, que, dada la falta de espacios, fue acondicionado para tal fin. Esta mal llamada aula no tiene acceso a luz natural, es pequeña y poco ventilada. Por último, y no por eso menos importante, si un día tuviéramos la suerte de que ningún pibe faltara a la escuela no tendríamos sillas suficientes para que todos se sienten.

Frente a lo expuesto anteriormente alguien podría plantear que la cooperadora de la escuela podría hacer más para mejorar el espacio olvidándose de que las familias de los pibes no llegan a fin de mes y que difícilmente pueden pagar la cooperadora escolar en tiempo y forma. El sistema de cooperadoras escolares genera circuitos educativos diferenciados. Las instituciones en las que los pibes pueden pagar la cuota social pueden hacer frente a los baches que deja el estado mientras que las escuelas de poblaciones carenciadas están condenadas a la sobrevivencia. Esta realidad viene a ser aún más profundizada por sistemas como el Operativo aprender que busca establecer un ranking de escuelas para dar premios y castigos, no en base a necesidades reales sino en base a resultados descontextualizados.

Una propuesta de solución rechazada

Pero la escuela 13 no se quedó en el diagnóstico de la paupérrima situación que atraviesa, sino que propuso una solución. En la esquina del establecimiento educativo hay un predio abandonado que bien podría usarse para desarrollar las clases de educación física y hacer actividades recreativas. Al mismo tiempo la comunidad vecinal ve con buenos ojos la propuesta ya que el terreno baldío da mal aspecto al barrio, genera inseguridad y falta de higiene dado que no hay un correcto mantenimiento del predio.

En el año 2012 se presentó un proyecto de ley en la Legislatura de la CABA para que el terreno baldío fuera entregado a la comunidad educativa tras ser refaccionado y acondicionado. El proyecto fue respaldado por la mayor parte de los legisladores, pero faltaban las firmas del PRO. Se realizaron reclamos varios exigiendo que se diera respuesta a la demanda. En el año 2013, con motivo de la celebración del centenario de la Escuela, el Ministerio de Educación de la CABA envío como representante al Señor Alejandro Finocchiaro, actual Ministro de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense y en ese entonces Secretario de Políticas educativas y Carrera docente de la ciudad. Dicho funcionario recibió de manos de los egresados de ese año una carta reiterando el pedido y sobre el escenario, con carta en mano, se comprometió a que los legisladores faltantes firmaran el proyecto de ley para que el predio pasara a ser parte de la escuela 13. Los compromisos fueron rotos. Las firmas nunca llegaron y el Proyecto de Ley perdió estado parlamentario.

Estamos a una semana de realizado el Operativo Aprender que fracasó por la resistencia de la comunidad educativa que salió a denunciar que en vez de gastar millones de pesos en castigar escuelas este dinero debería invertirse en mejorar las condiciones edilicias de las ya existentes, así como en construir las faltantes. En este punto se impone reflexionar: si la educación pública está en estado terminal como dice Bullrich, ¿lo está por vagancia docente o por años y años de desinversión por parte del estado que no construye escuelas dejando a 11.000 pibes de nivel inicial y primario sin vacantes? Las escuelas se caen a pedazos y son inhabitables, no tienen sillas, bancos, materiales suficientes para hacerle frente a la tarea de enseñar y aprender, a los docentes no se les brinda capacitaciones en servicio porque el gobierno tiene negocios con sindicatos que se convirtieron, durante los años del gobierno macrista en la CABA, en quioscos de venta de cursos arancelados. La escuela pública es vaciada sistemáticamente por el Estado, pero los responsables de la debacle educativa serían los docentes.

Por todo esto la escuela 13 del DE 11 no baja los brazos. El 5 de noviembre realizará un festival en el cual se hará un mural y un abrazo en el predio que hace años viene reclamando ya que mejoraría la calidad de vida de los pibes al interior de la escuela permitiendo, realmente, mejorar la calidad educativa. Porque sus docentes creen que la escuela pública no se vende, se construye y se defiende, desde las aulas y en las calles, con la convicción profunda de luchar por un sistema público educativo de calidad para todos los pibes y pibas por igual.

 
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