Con esta frase Minerva Mirabal respondía a las amenazas de muerte del dictador Rafael Trujillo. Hoy debemos ser miles de brazos organizando la lucha internacional contra la violencia de género con el legado de las mariposas.
Minerva, María Teresa y Patria; las hermanas Mirabal conocidas como “Las Mariposas” eran de una familia económicamente cómoda, madres de cinco hijos, del municipio de Salcedo, en la República Dominicana gobernada bajo la dictadura militar de Rafael Leónidas Trujillo
Al advertir las injusticias cometidas por la dictadura militar, las hermanas se integraron a la agrupación revolucionaria clandestina “14 de Junio” juntos a sus esposos, cuyo propósito era derrumbar al tirano.
A causa de sus ideales y acciones políticas en defensa de la libertad fueron encarceladas, violadas y torturadas en varias ocasiones.
El 25 de noviembre del año 1960, conjuntamente con su hermana Patria y el chofer de su vehículo Rufino de la Cruz, fueron ejecutadas, de manera brutal, por sicarios leales a Trujillo cuando regresaban de ver a sus respectivos maridos que estaban encarcelados.
Sin embargo, sus asesinatos y la difusión sucesiva de los hechos criminales no resultó ser una victoria para Trujillo, provocaron el descontento general del pueblo dominicano quién empezó a cuestionar de raíz el orden social impuesto por el dictador. De hecho, pocos meses después, el 30 de mayo de 1961, Trujillo fue asesinado. Al año siguiente los ejecutores del crimen contra las Mirabal recibieron 30 años de cárcel, condena que no cumplieron ya que con la ayuda de grupos militares leales al presidente dominicano lograron huir de la cárcel y del país.
Para mantener viva su memoria, en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá en 1981, se consagró el 25 de noviembre de cada año como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ratificado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 17 de diciembre de 1999, según Resolución 54/134. En dicho encuentro las mujeres denunciaron –y continúan haciéndolo– los abusos de género que sufren en el nivel doméstico, así como la violación y el acoso sexual por parte de los Estados, incluyendo la tortura y la prisión por razones políticas.
Las “mariposas” fueron asesinadas por un caudillo tiránico cuyo discurso y práctica eran extremadamente patriarcales. Hasta hoy, en todo el mundo, persisten modelos económicos, políticos, religiosos y familiares que son dominados por hombres o mujeres cuyo machismo, de igual manera, sigue siendo la causa principal de la violencia en contra de las mujeres y la muerte de miles de ellas.
Tenemos que salir a las calles. En el mundo donde los índices de femicidios crecen a cada hora, donde la política del estado no da respuesta a las miles de mujeres que sufren violencia de género, porque exista en todo el país un plan de emergencia de violencia de género, en el camino de derrotar a este sistema capitalista y patriarcal. Te invitamos a marchar en la columna de Pan y Rosas. porque si nos tocan a una, ¡nos organizamos miles!