Acorralado por el cuestionamiento internacional a la detención ilegal de Milagro Sala y el escandaloso asesinato del joven Nelson Cardozo en el Penal de Gorriti, Gerardo Morales realizó ayer un acto por “la paz, la unión y la libertad civil”.
El acto tuvo lugar a un año de iniciado su gobierno, en coalición con el massismo provincial de Carlos Haquim. Y buscó ser una demostración de fuerzas, necesaria para respaldar su avanzada represiva, en un momento de duro cuestionamiento.
Por eso Morales centró gran parte de su discurso en el “desafío de la unión” y de “trabajar juntos” porque “todos queríamos terminar con la violencia, todos queríamos recuperar la paz”.
Presencias y ausencias
Para ser un acto “a doce meses de haber comenzado a cumplir un gran sueño”, como decía la convocatoria, la concurrencia fue escasa. Apenas cinco mil personas. Movilizadas mayoritariamente por las cooperativas que otrora respondían a la Tupac Amaru, intendentes y punteros del PJ y el Frente Renovador, algunos sindicatos afines como la UOCRA. Eso sí, casi sin banderas porque ahora son todos “ciudadanos libres”. Algo de la propia UCR más una minoría de concurrencia espontánea de sectores medios y acomodados, y ausencia casi total de juventud pintan la concurrencia a esta “celebración”.
Tampoco acompañaron el festejo trabajadoras y trabajadores estatales, docentes, de los ingenios, ni sus direcciones sindicales. Es que estos sectores no tuvieron paz ni libertad, sino que fueron los más atacados por el Gobierno.
Parece, y es, poco apoyo popular para alguien que se autoatribuye haber “liberado” a “todos los jujeños” de un largo calvario. Los riesgos del libre albedrío. Ahora los jujeños son “libres” pero no fueron a bancar a “su libertador”.
Es que desde su asunción la coalición “Cambia Jujuy”, alineada con el Gobierno de Macri, tomó una serie de medidas para constituir un régimen policíaco. Ampliaron el Superior Tribunal para tener mayoría propia y legitimar su avanzada de represión e impunidad que incluyó la detención de Milagro Sala desde enero y de otros dirigentes. Persecución sindical, represión y judicialización de las huelgas, criminalización de la juventud, asesinato y torturas en cárceles, y una fuerte censura mediática para toda voz opositora.
Medidas que apuntaron a garantizar la paz para los representantes del poder real de la provincia, como las patronales azucareras, mineras y tabacaleras que ayer manifestaron su “pleno apoyo” a Morales y la Justicia en una extensa solicitada. Patronales genocidas como Blaquier y Mina El Aguilar que, además de impunidad, recibieron importantes beneficios del Gobierno nacional y provincial, y no quieren que ningún reclamo popular les impida hacer negocios en “paz y libertad”.
Otra gran muestra de apoyo recibida por Gerardo Morales fue la de los funcionarios del bipartidismo provincial. Participaron del acto 20 de 21 intendentes, y 35 de 39 comisionados municipales. El PJ tanto “opositor” como el oficialista del Frente Renovador demostró, como hace en todo el país, su amplia predisposición a mantener la gobernabilidad.
Sin embargo, estas muestras de apoyo no alcanzaron para ocultar la ausencia de representantes del Gobierno Nacional o de otras provincias. Se sabe que Macri es el más incómodo con los costos internacionales de la detención ilegal de Sala. La ausencia en el acto, luego de un año en que el mismo Presidente y todo su Gabinete visitaron innumerables veces Jujuy, es una confirmación de esta incomodidad.
El Milagro de la paz, la unión y libertad
“Paz, unión y libertad” fueron los ejes del discurso de Morales. Que dedicó una primera parte a un balance obligado de la gestión del año, con más verborragia grandilocuente que medidas concretas para anunciar, y promesas demagógicas de proyectos a futuro para “cambiar la matriz” del desarrollo ligada a los proyectos de generación de energía solar en la Provincia.
Pero lo verdaderamente importante, y eje articulador de su discurso y del acto fue responder al cuestionamiento a la detención ilegal de Milagro Sala, una muestra de la brutal avanzada represiva en la provincia, tan brutal que entidades imperialistas como la ONU y la OEA lo cuestionan.
Justificó el encarcelamiento de Sala y la persecución a la Tupac Amaru como una cruzada contra la violencia. “No es posible que un pueblo pueda avanzar y diseñar su futuro si vive peleándose en las calles con amenazas, violencia, clientelismo y presiones sobre los más pobres, arrodillándolos”, aseguró. Y en sintonía con la declaración de las cámaras patronales, agregó que “sólo los jujeños sabemos lo que hemos vivido”.
Luego de un necesario agradecimiento al “gran apoyo y convicción” de “muchas personas y organizaciones sociales” que “eran sometidas y obligadas” por Milagro Sala, se entiende. Y ahora prestan su apoyo “voluntario” no sólo con declaraciones y denuncias para el armado de causas contra la dirigente presa, sino también aportando parte significativa de la convocatoria del acto. “Yo agradezco y valoro mucho que personas e instituciones hoy digan la verdad y que por decir la verdad hoy sean amenazados ellos y sus familias”, les manifestó emocionado Morales.
Pasó a discutir “el tema de los cortes de ruta”. Aseguró que “no podíamos vivir así”, y luego recordó a los presentes, y explicó a los “porteños” y organismos internacionales ignorantes del “agobio” de los jujeños que “tuvimos la plaza tomada 50 días”.
Y explicó que “el problema es que acá se están forzando interpretaciones de la ley. Cortar rutas es un delito, no un derecho”. Ratificando el motivo original del encarcelamiento de Sala el 16 de enero, por una causa de “sedición” a raíz de un acampe de protesta, como también el motivo principal por el que se niega a liberarla ya que su detención es un mensaje disciplinador contra los trabajadores y sus métodos de lucha.
Respecto de los pronunciamientos de la ONU y la OEA señaló que “tenemos el derecho de no compartir visiones”. Y luego aseguró “no he visto que refuten una de las razones, de las causas, que han hecho que tengamos procesos judiciales y que tengamos presa a Milagro Sala”.
“Qué vengan! Que hablen con el pueblo, con los jueces, con las instituciones”, desafió a los organismos internacionales, “para que puedan comprender que nosotros tenemos el desafío de lograr la paz, y lograda la paz, cuidarla todos los días”, aseguró señalando también que los pronunciamientos de ONU y OEA se basan en haber escuchado sólo una campana.
Otro eje elegido para defender la detención ilegal de Sala fue el de la lucha contra la corrupción. “¿Cuál es la causa de la detención de la que muchos sin saber hablan?”, preguntó. Y se auto-respondió indignado “que en mis narices, antes de hacerme cargo, le robaban al pueblo 29 millones que eran para darle trabajo a los trabajadores, a los cooperativistas, obligando a los coopertavistas a hacer cosas que no querían, a ser parte de un sistema del que nadie quiere formar parte”.
“Quiero decirles que antes no había justicia y ahora hay”, aseguró, lanzándose en defensa de la Justicia que él mismo diseñó a su antojo.
Luego retomó el desafío hacia los organismos internacionales que cuestionan el accionar ilegal de su Gobierno y su Justicia, pero también a quienes lo cuestionan desde adentro del país. “Sin Justicia no hay verdad”, dijo, y aseguró que “la verdad está de nuestro lado y yo estoy más decidido que nunca a dar esta batalla, a hacer respetar a Jujuy”, y continuó con un mensaje al macrismo “como lo hice cuando demandé a mi propio Gobierno Nacional, de mi propia bandera política por 11 mil millones de pesos”.
“Primero está Jujuy”, desafió en nombre de la defensa de “nuestra independencia”. Y luego volvió a ratificar su decisión de mantener presa a Sala, a menos que se vea obligado a liberarla, señalando que “puede que haya fallos de la Corte (Suprema Nacional), que tome una decisión en un sentido u otro, nosotros vamos a cumplir una cosa o la otra más allá de que estemos o no de acuerdo; o puede haber un fallo internacional”. Y volvió a la carga asegurando que “lo que nunca van a impedir es que nosotros recorramos el camino trazado”, y llamó al pueblo a “defender la Justicia y defender a nuestros jueces”.
Morales y una demostración de fuerzas fallida
Tras un año de gobernar con la prepotencia de un patrón de hacienda, subido al caballo de la amplia diferencia electoral y de saberse apoyado ampliamente por las patronales oligarcas de la provincia, Gerardo Morales enfrenta un duro cuestionamiento internacional que le abre crisis también con su propio Gobierno Nacional.
El acto de ayer pretendió ser una demostración de fuerzas y consenso popular ante esta situación. Pero terminó siendo un festejo de los aparatos de gobierno, bancado por los dueños de la provincia, que más bien deja a Gerardo Morales en la misma situación incómoda y aislado en su terruño. |