El sector de alta tecnología de Estados Unidos, un importante empleador de trabajadores extranjeros (dentro y fuera del país), se sumó al amplio rechazo que generó el decreto del presidente Donald Trump sobre inmigración, el que algunos ejecutivos calificaron de inmoral y antiestadounidense.
La medida de Trump prohíbe temporalmente a los ciudadanos de siete países con población mayoritariamente musulmana entrar a Estados Unidos, incluso si tienen visas válidas o permisos de residencia, una decisión que tomó por sorpresa a muchas empresas.
En el caso de las “tecnológicas” habían mantenido reuniones con Trump durante el mes de diciembre por su preocupación ante la política inmigratoria que iba a tomar cuando asumiera en la Casa Blanca, y también sobre los posibles cambios en los acuerdos comerciales con China que es un país privilegiado para los negocios de estos sectores.
El presidente ejecutivo de Netflix Inc, Reed Hastings, habló de una "semana triste" y añadió que "es tiempo de unir nuestros brazos para proteger los valores estadounidenses de libertad y oportunidad".
Tim Cook, el jefe de Apple Inc, envió una carta a los empleados expresando que el decreto de Trump "no es una política que apoyemos" y prometió ayudar a los trabajadores que se vean afectados.
Aaron Levie, el expresivo fundador y presidente ejecutivo de la empresa de almacenamiento informático Box Inc, dijo que "el decreto sobre inmigración es inmoral y contrario a nuestros valores".
Alphabet Inc, la matriz de Google, llamó urgentemente de regreso a empleados en el extranjero y pidió a los que están en Estados Unidos y que puedan verse afectados por la prohibición que no salgan del país.
En un correo electrónico al personal, el presidente ejecutivo, Sundar Pichai, dijo que más de 100 empleados de Google se veían afectados por el decreto, según un ejecutivo de la compañía.
El presidente legal de Microsoft Corp, Brad Smith, dijo en una publicación en LinkedIn que 76 empleados de la empresa eran ciudadanos de los siete países sobre los que pesa la prohibición.
Por su parte, Mark Zuckerberg, presidente ejecutivo de Facebook Inc , subió a su muro en la red social una publicación en la que afirmaba estar "preocupado" por el decreto y expresó su apoyo a los inmigrantes.
Airbnb, el sitio web especializado en la búsqueda de viviendas, ha procurado ser consecuente con su lema, hacer que cualquiera se sienta como un local en una nueva ciudad, y también se ha pronunciado.
Gigantes en pie de guerra
Las empresas tecnológicas ubicadas en el “Valle del Silicio” (Silicon Valley) en el sur de la ciudad de San Francisco fueron las que más se beneficiaron durante los gobiernos de Obama. Sus acciones estuvieron dentro de las empresas con un promedio de crecimiento de sus valores del 1.000%.
El gobierno de Trump podría ser una amenaza para los negocios del sector tecnológico si immplementa aranceles comerciales con China o restringe el ingreso de inmigrantes, entre otras medidas; y es por ello que han salido a rechazar el decreto presidencial. No defienden ningún ideal “humanitario”, sí ponen el grito en el cielo como una acción preventiva, en caso que Trump, efectivamente tome medidas que perjudique a sus únicos valores que son monetarios.
La voz disidente de estas empresas tuvo como eco el silencio de otros sectores empresariales que apuestan a obtener grandes beneficios con la nueva administración de la Casa Blanca.
Industrias como la financiera, las de salud y fabricación de automóviles "se ven en el umbral de una nueva era de desregulaciones y no quieren hacer nada que pueda ofender al nuevo emperador", dijo Cornelius Hurley, director del Centro de Finanzas, Ley y Política de la Universidad de Boston.
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En las tecnológicas gran parte de sus principales ingenieros y directivos provienen de los países que Trump considera una amenaza a la seguridad nacional. Incluso la empresa Apple difundió que su creador Stevs Jobs de padres sirios no podría haber tenido el derecho a crear una de las empresas más exitosas en el mundo de los últimos tiempos si se hubiese implementado el actual decreto presidencial.
Explotación infantil y trabajo esclavo
El grupo de empresas que ha sido punta durante la última revolución tecnológica tiene serias denuncias por explotación de trabajo infantil de niños y niñas en los países asiáticos y en África. La cadena BBC de Londres realizó un documental en el cual muestra las pésimas condiciones de trabajo dentro de las plantas de Apple en China e Indonesia con jornadas laborales de 18 hs y situaciones de esclavitud. El empleo de niños en la extracción de estaño expuestos a terribles accidentes no tiene nada que envidiar a las fábricas y minas de siglo XIX en Europa y sus colonias.
Apple junto con empresas como Sony, Samsung, Microsoft y Volskwagen, también son denunciadas por Amnistía Internacional al emplear trabajo infantil en minas del Congo desde donde se extrae el cobalto que se utiliza en la fabricación de sus productos.
Tampoco su filantropía es de manos limpias. El gigante Google propuso la creación de un fondo de cuatro millones de dólares para donarlo a las organizaciones de Estados Unidos que son solidarias con los inmigrantes. Y en el caso de Starbucks sus ejecutivos anunciaron la creación de 10.000 puestos de trabajo para los inmigrantes como respuesta a la decisión del magnate Donald Trump. Sin embargo, Google, Amazon y Starbucks enfrentan denuncias por evasión fiscal en el Reino Unido. Y en el caso de la cadena de café mundial tiene denuncias de explotación de tipo colonial a los campesinos de los países en donde compra café como en México, Guatemala y Etiopía.
En realidad el rechazo de este sector de empresas al decreto de Trump contra los inmigrantes musulmanes no es más que una “solicitud de licencia” para continuar explotando mano de obra extranjera barata. Por eso, frente a las políticas xenófobas de Trump la única respuesta puede venir de la unidad de las filas de los trabajadores y bajo una perspectiva de pelear por iguales derechos para los trabajadores nativos y extranjeros. |