“No se mata la verdad matando periodistas”, “No criminalicen a la prensa, alto a la intolerancia”, “Exigimos justicia por el asesinato de nuestro compañero y amigo”, exigieron periodistas y trabajadores de la comunicación reunidos en la explanada del parque 21 de mayo, frente al Palacio Municipal de Córdoba.

Diferentes grupos de periodistas organizados y trabajadores de medios de comunicación, como la Asociación de Periodistas y Corresponsales de Córdoba y la región, exigieron un alto a la violencia en el Estado y esclarecimiento al caso de Monluí Cabrera, mediante una carta dirigida a Miguel Ángel Yunes y a Enrique Peña Nieto.

La mañana del domingo pasado fue asesinado el periodista Ricardo Monluí Cabrera en Yanga, Veracruz. Con este homicidio, Veracruz vuelve a aparecer como el Estado más peligroso para este gremio a nivel nacional.

Monluí Cabrera fue asesinado al salir de un restaurante en la colonia Progreso, se dirigía a su coche en compañía de su familia. Según los testigos, un sujeto armado increpó al periodista propinándole dos balazos en la cabeza, para después darse a la fuga.

Actualmente, el periodista se desempeñaba como director de El Político y columnista de varios periódicos veracruzanos como El Sol de Córdoba y el Diario de Xalapa, famoso por su columna Crisol. Pertenecía además a la Organización Editorial Mexicana y era presidente de la Asociación de Periodistas y Reporteros Gráficos de Córdoba y la Región A. C. En sus últimos años publicó artículos en los que criticaba irregularidades de algunos dirigentes de los partidos con registro.

Se había desempeñado anteriormente como jefe de prensa de la Unión Nacional de Productores de Caña de Azúcar, un sector golpeado por el crimen organizado que tienen sumido en la violencia al corredor del centro de Veracruz (conformado por municipios como Córdoba, de donde era oriundo el Monluí Cabrera, Orizaba, Fortín y Yanga) desde hace algunos meses.

Monluí Cabrera se suma a la lista de periodistas asesinados que enlutan la libertad de prensa en Veracruz. Sólo durante el gobierno del priista Javier Duarte, prófugo desde hace 150 días, fueron Noel López Olguín de Noticias de Acayucan; Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana, Gabriel Huge y Yolanda Ordaz de Notiver; Guillermo Luna Varela de Veracruz News; Esteban Rodríguez de Diario AZ y Víctor Manuel Báez Chino de Milenio, Gregorio Goyo Jiménez de la Cruz de Liberal del Sur; Moisés Sánchez Cerezo, editor de La Unión; Juan Mendoza, fotoperiodista de El Dictamen; Armando Saldaña, locutor de la Ke Buena; Juan Santos Cabrera, excorresponsal de Televisa en Orizaba; Anabel Flores, colaboradora de El Buen Tono y El Sol de Orizaba, Rubén Espinosa, colaborador de Proceso, asesinado en la Ciudad de México junto a la activista Nadia Vera y otras cuatro mujeres, Pedro Tamayo, reportero de Al Calor Político; Regina Martínez Pérez, corresponsal de Proceso en Veracruz.

México es ya reconocido a nivel internacional como el país más peligroso para ejercer el periodismo en América Latina. Desde el año 2000 hasta ahora, según cifras de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se registraron 122 asesinatos de periodistas en todo el país.