Preocupado por garantizar uno de los ataques más profundos en contra de los trabajadores con la reforma de las jubilaciones, Temer decidió liberar millonarios recursos a enmiendas parlamentarias. El discurso de que todos tienen que pagar por la crisis es incoherente frente a la inversión de 800 millones de reales (cerca de 260 millones de dólares) en obras para comprar parlamentarios a favor de la reforma de las jubilaciones.
Esos fondos son destinados a la construcción de obras en curso, resultado de las denominadas enmiendas parlamentarias y aun no habían sido liberados este año. Alcaldes y diputados golpearon las puertas de los ministerios en búsqueda de la liberación de esos montos en los últimos meses, pero Temer parece haber calculado bien el momento para jugar la carta. Un día después de que trabajadores y jóvenes mostraron su disposición a luchar contra la reforma de las jubilaciones en los paros y grandes movilizaciones del 15M, que pueden desatar un plan de luchas real contra los ataques, el presidente se adelanta para ter una base sólida en el parlamento que esté a favor de la reforma.
Según la información del diario Folha de São Paulo, los recursos para las enmiendas de responsabilidad de seis partidos de su base llegan a 300 millones de reales (casi 100 millones de dólares) y según miembros del propio equipo presidencial, el monto total pagado a toda su base aliada llega a los 800 millones de reales.
Los sectores que recibieron fondos fueron la Salud, Ciudades y Turismo y la lista de obras beneficiadas fue encaminada a los ministerios. La justificación para no haber liberado el dinero hasta entonces era que necesitaba "conseguir disponibilidad junto al Tesoro" y "comprobar el progreso de cada convenio".
Cualquier otro argumento técnico puede ser utilizado para justificar la liberación o no liberación de ese tipo de fondos, pero la verdad es que fondos y mecanismos de este tipo sirven directamente para el regateo de los intereses entre políticos locales, la cámara, el gobierno federal y sus promesas electorales. Son mecanismos pensados para la compra de influencias y que Temer está utilizando en este momento para avanzar contra el derecho a la jubilación.
Parece que los habituales banquetes de lujo en el palacio no son el límite de la provocación que Temer y esos políticos privilegiados que sirven a los patrones quieren resfregarnos en la cara. Pero el pasado 15 de marzo los trabajadores de Brasil mostraron una gran voluntad de no aceptar más ninguna provocación y ataque. Queda planteado avanzar y exigir a las centrales sindicales que organicen un plan de lucha para poner de pie una huelga general que pueda derrotar a Temer y sus ataques. |