Canela, refleja en un duro relato la persecución y violencia que sufren sistemáticamente las personas trans y travestis.
El día de hoy comenzó a circular en las redes sociales la denuncia de Pablo Cesar Gonzales, actor transformista de Bellavista, Chile. Mas conocido como Canela Inbenjamin, relata como fue golpeada salvajemente por los dueños del boliche donde actuó e ignorado por los carabineros que se encontraban en la cercanía.
No habiendo pasado siquiera tres minutos desde el momento en que subió al escenario, los dueños del boliche Row 16 Discotech apagaron la música y empezaron a echar a las 25 personas que asistieron. Al momento en que todos se aprestaban a salir, procedieron a cerrar las rejas del local con candados, argumentando que había sido robada una botella de licor.
Luego de que revisaran las pertenencias de Canela sin encontrar la mítica botella, los asistentes comenzaron a reclamar que los dejaran salir. En una clara actitud transfobica, 5 hombres y una mujer comenzaron a golpear salvajemente a Canela, uno de los dos transformistas presentes.
“Yo gritaba por mi vida, me veía morir, nunca en mi vida había visto tanta sangre en mi cuerpo, en la cara, en la cabeza”. Relata Canela, quien aseguró que solo salvo su vida gracias a una amiga que saltó sobre su cuerpo para protegerla de los golpes.
Inclusive luego de abrir la puerta, continuaron la golpiza fuera del local. Solo huyeron como ratas cuando paso una patrulla de Carabineros. Cuando Canela logra detenerlos saltando al medio de la calle para detener al patrullero denuncia a sus atacantes, quienes además tenían todas sus pertenencias. Estos, se limitaron muy tranquilamente únicamente a recuperar su valija y a decirle “Ya. Ya. Vallase nomas”. La misma actitud recibió de dos patrullas mas que se cruzo luego de escapar, quienes ni siquiera se dignaron a detenerse.
“No entendía nada, me sentía una lacra, una plaga, una basura travesti de mierda que no tiene espacio, cavidad y libertad en ningún sitio”. La respuesta fue la misma en la comisaria de carabineros, donde se limitaron a aplicarle los puntos en la herida y no le brindaron ningún comprobante de su denuncia.
Una vez mas, se demuestra que la violencia contra las personas transexuales y travestis no solo tiene su origen en la cultura patriarcal y homofóbica, sino que es reforzada y amparada por las fuerzas policiales en todo el mundo. Su intervención en este caso fue la inacción, pero la persecución, el amedrentamiento, la exigencia de sobornos y las violaciones perpetuadas por la policía son ampliamente conocidas por quienes enfrentamos cotidianamente a la violencia policial.
En estas semanas se conocieron en Argentina los casos de dos transexuales que murieron por las condiciones insalubres en el sistema penitenciario, así como también las razzias realizadas por la Policía de la Ciudad en el barrio porteño de Once.
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