La huelga y las movilizaciones en la Guayana francesa entraron este lunes en su tercer semana. El gobierno ejerce presión por todos los medios para lograr que se levanten los bloqueos mantenidos por los huelguistas y los Guayaneses movilizados, que controlan el flujo de circulación. Después del pedido de disculpas por parte de la Ministra de los Territorios de Ultramar, fue el presidente mismo el que se hizo eco de la situación en una carta enviada a cuatro parlamentarios socialistas guayaneses a quienes simuló tender la mano, mientras reiteraba que el Estado no iría más allá de la inversión estatal de mil millones de euros, prometida y establecida de manera unilateral a mediados de la semana pasada por el gobierno.
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El Colectivo Pou Lagwiyann dékolé, que organiza la movilización, sigue exigiendo dos mil millones de euros adicionales para paliar los déficits estructurales de inversión del Estado que únicamente se ha interesado por la comuna de Kourou y la estación espacial francesa y europea que se encuentra en ella, dejando el resto del país en un estado de subdesarrollo funcional a la relación colonial mantenida entre Francia y Guayana Francesa. En este sentido, 2000 personas han reiterado su apoyo al movimiento el domingo por la noche en Cayena y confirmado su determinación, mientras que hubo enfrentamientos entre las fuerzas de represión y los manifestantes el viernes pasado.
La cámara patronal local, que durante las dos primeras semanas había apoyado el movimiento, finalmente se retiró del colectivo. Después de haber obtenido una respuesta satisfactoria a una serie de demandas específicas, la asociación patronal, presionada por París, ahora hace campaña por la reanudación de la actividad. Le han prometido subsidios que irán directamente a los bolsillos de los empresarios.
Es el sector de la construcción el que más presión ejerce en este sentido después de que le aseguraran que las empresas subcontratistas locales no quedarían excluidas del negocio de la lanzadera espacial Ariane 6 que beneficiará a los grandes grupos franceses. Es la demostración de que en Guayana, más allá de la relación colonial entre París y Cayena, también existen dos clases que no tienen los mismos intereses. Después de haber alentado a los trabajadores, a la juventud y a los sectores populares a movilizarse, la patronal se pasa al otro lado de la barricada ahora que le han ayudado a obtener respuesta a sus demandas, al exigir que París haga levantar los bloqueos, incluso por la fuerza.
Aunque desde el lunes por la mañana, en los puntos de bloqueo se permite el paso de peatones, bicicletas y scooters, los bloqueos se mantienen. En cuanto a la huelga, continúa en cierta cantidad de sectores clave, en Salud y Educación y la manifestación anti-bloqueo del martes no aminoró la determinación de los huelguistas, aunque eso sea lo que dicen los medios franceses, que repiten la información de manera incesante, como si el movimiento estuviera a punto de caer o como si la población guayanesa estuviera dividida entre los que están a favor y los que están en contra de los bloqueos, cuando estos últimos son minoritarios.
Para obtener respuesta a sus demandas, e incluso para que los asalariados del sector privado puedan avanzar en sus reivindicaciones en términos de salarios y condiciones de trabajo y para que no haya más despidos ni recortes, como amenaza la patronal, hace falta, más que nunca, que los trabajadores de los sectores público y privado y los estudiantes guayaneses, que son punta de lanza del conflicto y están muy movilizados, se organicen en sus propios términos, con independencia total. Eso es lo que más temen tanto París como la asociación patronal, aun más en época de elecciones.
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Traducción: Marisela Trevin |