Tenaz. Ese mirar para adelante, hacia un objetivo claro, y avanzar, lento, como los pasos que daban sus cortitas piernas, pero sin distraerse, sin dudar.
Incansable. Ella podía subirse al auto y manejar sin pausa desde La Plata hasta Neuquén. Como lo hizo hace dos años cuando nos fuimos de vacaciones. Así también era en la militancia.
De hierro. No se quebraba nunca. Tal vez tenía mil corazas para que las miserias de este mundo no le llegaran a lo más íntimo y la quebrantaran. Esas corazas que a mí me resultaba casi imposible atravesar.
Empezamos a militar juntas en Arba, peleando por el pase a planta permanente de los precarizados del Call Center. Poco tiempo después ganamos la elección de la Junta Interna de ATE. También estábamos en el mismo equipo partidario. Había días que militábamos juntas horas y horas.
Como por ejemplo un martes como hoy, día en que te estamos despidiendo. Comenzábamos temprano volanteando en algún ministerio, un par de horas más tarde pasaba por mi oficina y charlábamos mientras bajábamos a la reunión de la Junta Interna y finalmente, a la salida, nos volvíamos a encontrar en la reunión de equipo.
Es difícil no pensar cuánto te voy a extrañar. Cómo van a ser los días sin vos.
Pasión. En su militancia lograba unir muchísima claridad política y una gran calidez humana. Nos transmitía ese ímpetu para la militancia. Incluso realizó un milagro. Logró que yo, que me aburría sobremanera militar en Arba, lo haga con entusiasmo y alegría.
Estas sensaciones aparecían cuando juntas, Laura, Ailén y yo, nos rompíamos la cabeza para ver cómo armar la Comisión de Mujeres o cuando recorríamos las oficinas convocando a asamblea, o con alcancías para algún fondo de huelga o juntando firmas para la creación de la casa Sandra Ayala Gamboa.
Orgullo. Desde hace un tiempo venía avanzando en tomar nuevas responsabilidades. En Arba la elegimos para el cargo de delegada adjunta en la lista para las elecciones de la Junta Interna de ATE. Tomó el desafío de dirigir el equipo partidario, la elegimos como parte de la dirección regional y por primera vez fue delegada en el Congreso partidario.
El sábado pasado Laura estaba en la marcha de Ni Una Menos en Olavarría. Al mismo tiempo, al finalizar la misma marcha pero en La Plata, con las chicas del equipo pensamos en charlar con ella porque a veces tenía mala cara. Tal vez teníamos que pensar en repartir mejor las tareas. No pudimos hacerlo. Llegamos tarde. La vida nos la arrebató, sin decir agua va.
El dolor es infinito. Algo adentro mío estalla en mil pedazos. Ojalá cada uno de esos pedazos sea una estrella que nos acompañe en seguir luchando con las enseñanzas que nos dejó Laura. |