Como está siendo habitual, y es habitual en este sector altamente sindicado y organizado, el seguimiento de paro ha sido prácticamente del 100 %. A diferencia de otras jornadas de huelga que se hacían en las horas impares, ésta se realiza durante todo el día. Los servicios mínimos imponen que se lleven a cabo el transporte de mercancías perecederas o peligrosas así como el que se lleve a cabo en buques con pasajeros. En el resto de los casos, como en el transporte de mercancías generales, no se imponen servicios mínimos.
Los tres días de paros intermitentes de la semana pasada supusieron en total una pérdida de 36 millones de euros a la patronal. Con esta nueva jornada de huelga se prevé que las pérdidas sean mucho mayores por la intensidad de los paros, en un sector que factura millones de euros al día.
La actividad en los puertos es menor también. Según Puertos del Estado, hubo solo 573 trabajadores efectivos (prácticamente ningún estibador), frente a los 1.113 del 5 de junio, 1.511 el 7 de junio y 1.755 el 9 de junio. En total, se ha llamado a la huelga en 15 puertos, incluidos Barcelona, Alicante, Almería, Baleares, Cádiz y A Coruña, entre otros. Como muestra del impacto, por ejemplo en Algeciras, el principal puerto en transporte de mercancías, no se ha contabilizado ningún estibador portuario de los 1.800 que trabajan allí.
La última reunión entre sindicatos y patronal se celebró el pasado martes, cuando los trabajadores ofrecieron a las empresas una nueva propuesta que recoge una rebaja salarial del 10%; un 5% de inmediato y otro 5 % al finalizar el periodo de negociación. Así como la exigencia del mantenimiento de las compañías en los Centros Portuarios de Empleo o SAGEP. Sin embargo, no consiguieron un acuerdo con la patronal de ANESCO, que se niega a aceptar las demandas de los trabajadores en su empeño por la liberalización del sector y la destrucción de puestos de trabajo y la precarización del que quede.
Ante esta situación, el seguimiento del paro ha sido completo, tal y como apuntábamos anteriormente. En los puertos de Barcelona y de Tarragona los sindicatos aseguran asimismo que hay un seguimiento del 100% del paro. Antes del inicio de la huelga, a las siete, los estibadores se han reunido en asamblea en la sede de Estibarna, una reunión en la que han reivindicado la subrogación total de la plantilla actual.
Una situación similar se vive en Valencia, donde las tres terminales están inactivas, y no hay tráfico de camiones ya que los transportistas han decidido no acudir. Los estibadores se han concentrado en la sede de la Sociedad de Estiba a las ocho de la mañana y al mediodía.
En el Puerto de Bilbao, en Santurtzi, se han quedado seis buques parados y el seguimiento de la movilización ha sido total. La Autoridad Portuaria de Bilbao ha informado en un comunicado que de los 11 barcos que había en puerto, cuatro son de granel líquido por lo que trabajan con normalidad y otro de portacontenedores ha salido del puerto al haber terminado el turno de noche. Otro portacontenedores, que estaba incluido en los servicios mínimos, no ha pedido servicio de estiba y está parado, y otros cinco buques de mercancía convencional o granel sólido están parados.
Los puertos de Santander y A Coruña están sin actividad por los paros convocados. En Santander, el seguimiento de la huelga ha sido total. En la instalación portuaria de A Coruña no está prevista la llegada de ningún barco para esta jornada. En Vigo la situación es similar y los 110 trabajadores convocaron una manifestación en el puerto a las 12 de la mañana.
En definitiva, la lucha de los estibadores es una muestra del “sí se puede” de la clase trabajadora, que pelea con sus métodos ante los ataques de la patronal y el gobierno. Los estibadores, con su voluntad de lucha frente al intento de la patronal y el gobierno de echar a la mitad de la plantilla a la calle, pueden dar moral y fuerza a otros sectores.
Aunque los grandes medios capitalistas propaguen la idea de que hay trabajadores privilegiados, la realidad es que los únicos privilegiados en este sistema son los grupos capitalistas, que aumentan sus beneficios constantemente a costa de los trabajadores.
Es por ello que la unidad de la clase trabajadora, junto con otros sectores oprimidos, como la juventud, las mujeres y los inmigrantes, se hace cada vez más necesaria. Para enfrentar los ataques del gobierno y el capital, y tener más fuerza para obtener mayores victorias. No se trata de un problema aislado de unos trabajadores “adinerados”, como quieren hacer ver los medios pagados por las grandes empresas y bancos, se trata de una pelea que para bien o para mal afectara al resto al conjunto de la clase trabajadora.
Si la patronal y el gobierno consiguen imponer su decreto de liberalización de un sector que había conquistado derechos, se habrán apuntado un tanto en su proyecto de precarizar las condiciones de trabajo y de vida del conjunto de la población. Si, por el contrario, los trabajadores portuarios, con la solidaridad de otros sectores, son capaces de ganar esta batalla, será un ejemplo de victoria de la clase trabajadora con sus propios métodos de lucha y organización.
Lo que está claro es que los estibadores seguirán en pie de guerra para conservar sus puestos de trabajo, y que este gobierno está teniendo serias dificultades para aplicar su plan de ajuste. Apuntar hacia un mayor desarrollo y unificación de las luchas obreras, en definitiva, hacia una huelga general debe ser el objetivo. |