La detención de Jorge Castillo, el “Rey de la Salada”, sigue y seguirá dando que hablar. No sólo porque es dueño de una lujosa mansión que tiene cancha de tenis, una gigantesca piscina y hasta una fuente. No sólo porque el acceso a la planta alta, donde están ubicados los dormitorios, está mediado por una puerta blindada. No sólo porque decidió enfrentar a los tiros a las fuerzas policiales. No sólo por sus excentricidades, ni por los millones de pesos que a diario mueve la Feria de La Salada. Hay otra característica por la que seguirá siendo noticia y son sus relaciones con funcionarios y dirigentes políticos de Cambiemos, pero también de la oposición como Moreno y Stolbizer.
Sus comienzos: de zapatero a multimillonario
Castillo es un multimillonario que hace tiempo transcendió el rubro textil y las fronteras de La Salada. Tiene 23 marcas a su nombre y es socio accionista de unas 14 empresas que prestan variados servicios: inmobiliarios, financieros, publicitarios, editoriales, de cría de aves y ganado, de cultivo de soja y hasta una sociedad inscripta desde el 2011 en Panamá, en la que figuran como suscriptores dos firmas que también están inscriptas en sociedades de la familia Macri.
Cuando le preguntaban por sus comienzos se emocionaba al decir que fue un “humilde” fabricante de zapatos que “con mucho esfuerzo” logró vender su mercadería en algunos puestos de la Feria. En 1999, junto a otros socios, adquirió el predio Punta Mogotes, ubicado en La Salada. A partir de allí, y asociándose a distintas empresas a nivel nacional, terminó siendo un poderoso millonario polirubro.
Sin duda, en su meteórica carrera, más que suerte fueron claves sus contactos, de todo tipo, con la política y con las fuerzas de seguridad, gracias a las cuales pudo montar su emporio y garantizar el funcionamiento cotidiano de la feria más grande del país que, según datos del 2016, facturó $ 200 millones por día, pero movió (o sea en negro) 40 mil millones. ¿Cómo manejar estas cifras sin tener protección política y policial? Tanto durante el actual gobierno de Cambiemos, como durante los 12 años de las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner.
Sus contactos: de los K a Cambiemos
“Quiero dejar en claro que esta mafia que trabajaba en La Salada hoy ha sido desarticulada. No hay cabida para ustedes en esta Argentina”, dijo Patricia Bullrich, Ministra de Seguridad, una vez que se hizo conocida la detención de Castillo. Y se ufanó, igual que algunos medios de comunicación, de recordar que el detenido formó parte de la comitiva de empresarios que acompaño a la entonces presidenta Cristina Kirchner en un viaje a Angola en 2012 y es amigo del ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
Parece que Patricia Bullrich está floja de memoria. Veamos. El socio y amigo de Castillo, Enrique “Quique” Antera, administrador de la Feria Ocean (que funciona dentro de La Salada), fue candidato en el 2009 de la fuerza política Alianza Cívica y Social, que en ese momento mantenía unidas a la mismísima Patricia Bullrich, Margarita Stolbizer y Elisa Carrió.
Pero también Carillo incursionó en la política. A pesar de sus amistades kirchneristas y de su crecimiento empresarial durante esos años, siempre reconoció su afiliación radical. El mismo Moreno expresó que “los peronistas tenemos permitido tener un solo amigo radical, nosotros tenemos nuestros códigos, y sí puedo decir que tengo un amigo radical y ese es Castillo”. La intención de Moreno es bastante obvia: destacar que su relación es sólo de amistad y no de filiación política. A pesar de eso, no se animó a poner las manos en el fuego por él. “No sé si es mafioso”, dijo en relación a sus negocios.
La simpatía radical de Castillo fue tanta que decidió dar batalla dentro de Cambiemos para defender sus convicciones. Así es que asistió al locro del 25 de mayo pasado organizado por la Unión Cívica Radical (UCR) porteña para lanzar la candidatura de Martín Lousteau, y mostró su apoyo a dicho candidato al afirmar que “ojalá sea el comienzo de un nuevo radicalismo”. Y así es que también admitió hace unos días que estaba “juntado avales” para presentarse en las PASO con el objetivo de competir en la interna de Cambiemos en Lomas de Zamora. "Nos vamos a presentar en las PASO dentro del espacio Cambiemos, como radicalismo. Llevamos de candidata una mujer, empresaria de Lomas de Zamora”, había dicho el polémico empresario días antes de su detención. Rápido de reflejos Lousteau salió a despegarse y dijo que no lo conocía y que se enteró de que había estado en el evento “por los medios, igual que ustedes”.
Aunque los funcionarios y dirigentes políticos quieran despegarse y echarse culpas entre ellos, las evidencias demuestran que Jorge Castillo pude ser lo que es gracias a la protección policial, pero también a sus vinculaciones con el poder político. |