Fotos Fernando Lendoiro
¿En los 70 la Asociación de dibujantes dio una lucha por los derechos de autor?
En aquella época las editoriales no te devolvían los originales y no reconocían el derecho de autor. Yo trabajaba en Columba, hicimos planteos desde la Asociación de dibujantes para que los devuelvan y no lo hicieron, entonces yo me fui. Al año siguiente empecé a trabajar con Cascioli en revista Humor, él reconocía derechos de autor, devolvía los originales porque también era dibujante. Esa lucha uno la sigue porque siempre hay problemas con los derechos de autor, con los derechos de venta, etc. En Argentina siempre hubo muy buenos dibujantes, pero hay pocas fuentes de trabajo y cuando las hay se pagan poco. Y los que pueden y quieren trabajan para el exterior hacen temáticas que no les interesan. La historieta en Argentina tiene peculiaridades, tienen más contenido social, son historietas más adultas. No hay superhéroes en Argentina. Aquí hay una escuela, una gran tradición de grandes dibujantes, toda mi generación y la que siguieron tuvimos grandes maestros en los ‘40, ‘50 y ’60. Y eso se mantiene, los que somos viejos ahora no tenemos la calidad de los viejos que nos enseñaron a nosotros como Pratt y Breccia. Pero las generaciones van formando. Y hay muchos buenos dibujantes en el país.
¿Y hubo peleas por un Sindicato de Dibujantes?
Hubo intentos de hacer un sindicato en los ‘70 desde A.D.A, presentamos un proyecto de personería gremial para la asociación después vino la dictadura y se perdió. Porque no nos podíamos reunir, se juntaban más de cinco y venía la cana, entonces eso desapareció. El abogado, el Turco, que teníamos nosotros lo mataron, nos enteramos a los pocos días, no se podía hacer nada. Fuimos a ver a muchos tipos que estaban en gremios pero cuando mataron al Turco, todos tuvimos miedo, en aquella época aparecer en una agenda te podía costar la vida y no se pudo hacer nada. Además en general somos autónomos, monotributistas entonces es complicado.
¿De dónde surge la idea de Ficcionario?
Primera obra como autor integral, con guión mío, con Carlos Trillo también lo hacíamos juntos el guión, nos juntábamos en un bar frente a la vidriera y veíamos pasar la vida y armabamos los guiones juntos. Con Carlos habíamos hecho también las Puertitas del Señor López, Merdichesky , Charlie Moon, etc. Cuando me fui a España en el ‘82 ese trabajo no lo podíamos hacer por las distancias. Quería hacer cosas, me iba de una dictadura en Argentina a vivir a España, justito se había ido Franco y el año que llegué ganó Felipe González yo pensaba “maravilloso un gobierno socialista”, después Felipe González resultó que era una mierda y saqué todos los fantasmas que tenía adentro, era una historia bastante pesimista que me gustó hacerla, después hice Imaginario también con el futuro cercano. Yo trabajaba en una editorial que trabajaba con la ciencia ficción entonces trabajaba con un futuro cercano, pesimista exasperado, el poder muy asfixiante, control sobre la vida, sobre la inmigración.
Las puertitas fue pensado como crítica a la dictadura
Salía en la revista Humor, era la única prensa que había contra la dictadura, no nos planteábamos con Trillo de hacer algo heroico, porque no lo somos, pero nos gustaba la idea de hacer un miedoso pusilánime incapaz de modificar su realidad, que lo manejaba su mujer y su jefe, todo el mundo. Y cuando lo quería evadir se metía en el baño, pero cuando se metía en el baño en su fantasía le pasaba algo que era peor que su realidad, y cuando volvía escapando de su fantasía la realidad lo aplastaba definitivamente. Esa era la estructura de las puertitas, la gente encontraba dobles lecturas, todos éramos un poco señor López, porque todos teníamos miedo, entonces la evasión que proponía irse al baño no era una cosa que se hable. Porque a los problemas hay que enfrentarlos, no evadirlos. A veces en algunos episodios, la gente nos decía cómo se meten con eso, tengan cuidado, y a nosotros nos daba miedo (risas). El que lee completa la lectura.
¿Qué relación hay entre el arte y la política?
Depende de quien la haga y para que la haga. La primer pregunta la fundamental, es qué querés decir y para qué. En este momento lo que más haría, lo que más me gustaría hacer es algo sobre los refugiados en Europa. España se comprometió a 18 mil de refugiados Sirios.
Recomendación para leer
El nene Montanaro me gustó mucho hacerla pero no tuvo repercusión, me gustaba las cosas que contaba esta historieta, un chanta que habla con gente del gobierno, un amigo chanta, actor fracasado, que tenía que vivir actuando, imaginaba cómo eran esas personalidades y las actuaba. Un día se propone ser un alto directivo del Fondo Monetario y se mete en una reunión donde estaba todo el gobierno de Menem y empresarios, y los estafa a todos. Tomando las cimas, hice un episodio cuando matan a Cabezas, que se desarrollaba en la costa donde los malos eran los policías y los buenos los ladrones, hice el primer episodio largo que hablo sobre desaparecidos, personajes homosexuales. Pero pasó de largo. Por eso me gustaría rescatarlo, porque puse mucho al hacerlo.
Mujer en la Historieta
Se olvidaron de la mitad de la humanidad, siempre hubo una lectura masculina pero hace veinte, veinticinco años empezaron a aparecer las mujeres, sobre todo en EEUU y Europa y ahora hay muchas mujeres dibujando y eso es fantástico. El libro que más me gusto últimamente se llama “Aquel verano” de Jillian Tamaki. |