Este martes, cerca del mediodía, un auto chocó contra un árbol en la Calle Urquiza de Coquimbito, en Maipú.
Según cuenta la mujer que manejaba el auto, manejaba por dicha calle en sentido de Norte a Sur, cuando mordió la banquina y, para no chocar de frente contra una camioneta, pegó nuevamente un volantazo y paró contra un poste de luz. Como muestra la imagen, tanto el poste como un árbol, se encuentran a menos de un metro de la calle.
Las cuatro mujeres que viajaban en el vehículo se encuentran bien, en base a lo que los paramédicos nos informaron. Una de ellas era una bebe, lo que provocó miedo a los primeros vecinos que se acercaron a socorrer a las mujeres, que tenía golpes por el mismo accidente.
Esto no es un hecho aislado ya que hace menos de un mes, casi exactamente en el mismo lugar, un auto embistió a un chico de 18 años y que aun para esta fecha continúa en el hospital y con pronóstico reservado.
Lo que no es un hecho aislado es que la zona donde ocurrieron ambos hechos está olvidada la municipalidad de Maipú, como muchas otras en las que no se hacen obras desde hace años, por no decir décadas.
Las obras comenzaron en su gran mayoría en este año electoral, y particularmente en las zonas céntricas de Maipú y más concurridas. La municipalidad con Alejandro Bermejo a la cabeza prioriza las obras donde se pueden hacer “negocios”, es decir, en los lugares donde se construyen los barrios privados y emprendimientos inmobiliarios generalmente de grandes grupos económicos afines al gobierno peronista. Si a la municipalidad le interesara la vida de sus vecinos y no los negocios, hubieran señalizado, construido una banquina o mediado para que eso se concrete.
Y otro tema que causa mucha bronca es que en ambos casos, las ambulancias del SEC se demoraron en promedio 30 minutos en llegar. Consultando una fuente, nos revelaron que para la zona de Maipú hay una sola ambulancia y por eso tienen que esperar que lleguen desde otras zonas, revelando la desidia y la decadencia de la salud pública que el gobernador Cornejo reivindica como uno de sus logros fundamentales.
Por eso es que la bronca y el asco es mucho y no se aguanta, y por eso gritamos una vez más: “nuestras vidas valen más que sus ganancias, que sus mentiras y que sus barrios privados”. |