Así lo afirma el estudio realizado por Intermon Oxfam y Development Finance International, según el cual el Estado español se sitúa en el puesto 24 de los 35 países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) en la lucha contra la pobreza.
La conclusión está basada en los datos obtenidos según el índice de Compromiso con la Reducción de la Desigualdad (CRI). En concreto el índice CRI clasifica a 152 países de todo el mundo según la evaluación de sus políticas en materia de gasto público, progresividad fiscal y derechos laborales. En función de ello se ha establecido que el Estado español ocupa el puesto 27 de la clasificación general, el 24 si se habla de los países de la OCDE y el puesto 18 en la Unión Europea, sólo por encima de Hungría, Chipre, Estonia y Rumania.
Lo cierto es que los resultados de estos organismos internacionales, para no acusables de “anticapitalistas”, no son novedosos. Pero eso no quita lo alarmante que resulta la constatación, un año más, del incremento de la desigualdad entre las clases sociales en el Estado español.
Precariedad, paro y pobreza
Tanto el gobierno como los grandes medios de comunicación tratan de engañar a la mayoría social trabajadora que todas las medidas neoliberales han “permitido” sacarnos de la crisis. Para muchos lectores esto resultará una expresión de cinismo. Y tienen razón.
Según otro estudio, hecho público recientemente, la propaganda del gobierno choca abiertamente con la realidad. De acuerdo con el índice que mide la Evolución Social y el Desempleo (ESDE) en el Estado español, la tasa de desempleo ronda el 20%, una tasa de desempleo de larga duración que dobla la existente de la UE y un desempleo que supera el 44% a los jóvenes de entre 15 y 24 años. También se menciona que la temporalidad es del 26% y que hay un 60% de trabajadores con jornada reducida que no desean.
Incluso la tasa de ahorro de las familias ha caído este año a la mitad del nivel que alcanzó en 2009. La cota más baja se registró en 2008, cuando llegó al 5,8% de la renta disponible anual. Ahora está en el 7%, muy lejos del 14% que rozó en 2009.
Tres medidas básicas para luchar contra la pobreza
El aumento de la desigualdad viene aumentando en el Estado español desde el estallido de la crisis en 2008. La devaluación salarial y las políticas de ajuste están provocando un incremento vertiginoso de la precariedad laboral, mientras más de cuatro millones de personas subsisten a duras penas condenados al paro.
Frente a esta situación es necesario defender un programa de defensa de las condiciones de vida elementales de la clase trabajadora. Un programa que debería tener, para empezar, tres consignas básicas: el reparto de horas de trabajo entre todas las manos disponibles, reduciendo el tiempo de trabajo sin reducción salarial; el establecimiento de una escala móvil de los salarios ligado a un IPC real, elaborado por los propios trabajadores y costeado por los capitalistas; y la defensa de un subsidio de desempleo indefinido hasta encontrar trabajo y ligado a la escala móvil de salarios.
Es evidente que estas tres medidas, aunque elementales desde el punto de vista de los intereses de la clase trabajadora, son inaceptables para los capitalistas y sus representantes políticos. Se hace necesaria la más amplia movilización que permita conquistarlo, imponiendo a las direcciones sindicales la convocatoria a un plan de lucha organizado en todas las empresas y establecimientos, en el camino de la huelga general. |