La autoridad monetaria anunció la renovación del acuerdo del swap de reservas con China por tres años por U$S 10.375 millones, que equivale a 70.000 millones de yuanes.
El intercambio de monedas con el Banco de la República Popular de China no tendrá "impacto en las reservas", según afirmaron desde el BCRA y agregaron que "la firma es solamente la renovación del acuerdo ya existente".
La transacción implica la disponibilidad de un total de 70.000 millones de yuanes depositados en el Banco Popular de China a nombre del Banco Central.
La autoridad monetaria sostuvo en un comunicado que "el nuevo acuerdo seguirá afianzando la relación entre ambos bancos centrales y fomentando el fortalecimiento de las condiciones financieras para promover el desarrollo económico y comercial en ambos países".
El primer acuerdo de swap se realizó en 2009 durante el kirchnerismo y luego se fue ampliando. El Gobierno anterior lo utilizó para fortalecer las reservas ante la falta de dólares y el conflicto con los fondos buitres, que restringió su acceso al crédito. Sin poder pedir préstamos al FMI, o al banco mundial la ayuda china representó un respiro para el Gobierno anterior.
Sin embargo, el financiamiento del gigante asiático no fue gratuito. El swap es una forma que tiene China de extender su influencia geopolítica, así firmó acuerdos parecidos con Corea del Sur y el Banco Central Europeo, entre otros. Además, el país asiático viene hace unos años buscando en América Latina y África provisión de materias primas e invierte aprovechando los recursos naturales de cada país.
El macrismo recurrió al mismo instrumento que utilizó el kirchnerismo, a pesar de haberlo criticado. Ante la ausencia de lluvia de inversiones y una economía que sigue débil, el Gobierno acepta con gusto los fondos chinos.
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