La desaparición forzada de Santiago Maldonado por parte de Gendarmería le ha provocado una importante crisis política al gobierno de Macri. Según relata el oficialista diario La Nación hay divisiones en el gabinete de Cambiemos por este tema. Es que el ministro de Justicia Garavano aceptaba la intervención de la ONU y de la CIDH (Comisión Interamericana de DDHH) en la investigación y otra ala liderada por Marcos Peña la frenó en seco. La crisis tiene dimensiones internacionales. Solo la crisis abierta explica que en el Senado el oficialismo y otros personajes oscuros hayan votado la prórroga de la ley de tierras que impide el desalojo a los pueblos originarios.
Son ya dos meses de reclamos de la familia, de la comunidad mapuche, de organismos de DDHH y de la sociedad en general. Más de la mitad de la población culpa a gendarmería. El gobierno en su intento de zafar de su responsabilidad directa (Nocetti el enviado de Patricia Bulrich comandó el operativo represivo, aunque lo niegue) hizo maniobras e inventó versiones increíbles. El escándalo crecía y al juez Otranto que parecía más un abogado de Gendarmería lo desplazaron y de paso ganaban más tiempo. El plan parece ser “planchar” el tema hasta las elecciones y cambiar de agenda (ver más del caso Maldonado en nota de Myriam Bregman). Por eso reapareció el caso Nisman.
El gobierno, Cristina y la burocracia
La relativa mejora en la economía y la tregua que le dio la burocracia sindical de la CGT le permite al gobierno de Macri ir a las elecciones del 22 de octubre con más tranquilidad que en las PASO. En la mayor batalla electoral, en provincia de Buenos Aires, Cambiemos y Cristina Kirchner apuestan a la polarización.
Como parte de esa campaña de polarización están las denuncias por corrupción y los juicios pendientes a Cristina y a De Vido. El ex hombre fuerte de los 3 gobiernos kirchneristas está sentado en el banquillo de los acusados por la masacre de Once con el saldo de 52 muertos. Cristina dijo. “El maquinista no frenó”. Falso. El que no frenó fue el tren. El gobierno K es responsable. Si finalmente De Vido es condenado (Schiavi y Jaime sus secretarios de Transporte ya fueron condenados, aunque solo el último está en prisión) deberán sacarle los fueros parlamentarios para mandarlo a la cárcel. El PTS y todo el FIT ya han adelantado que votarán por sacarle los fueros para que cumpla la condena. Los ferrocarriles siguen en manos de empresarios inescrupulosos que se enriquecieron con los subsidios millonarios y desinvirtieron en vías y trenes. Ahora el macrismo anuncia a 3 semanas de las elecciones nacionales un plan ferroviario de inversiones millonarias, que pagará el Estado para beneficio de los empresarios del transporte. Pero no se haga muchas ilusiones estimado lector. La primera tanda se pone en marcha para el 2020, o sea un año después que Macri termine su mandato. ¿Anuncio electoral? Naaa…
Mientras tanto el gobierno se prepara para implementar la reforma laboral que le pide la gran burguesía, siguiendo el camino de Brasil. Esa reforma que busca aumentar la explotación de los trabajadores, bajar los costos laborales, fragmentar convenios, multiplicar la tercerización precisa el visto bueno de los sindicatos. Los empresarios y el gobierno de los CEO saben que es probable que haya más resistencia que en Brasil para implementarlo. Por eso dicen será “gradual”. Pero previsores adelantan las medidas para imponerlo. ¿Cómo? Atacando a los sindicatos.
Empiezan por los eslabones más débiles como el del mafioso “Caballo” Suarez del SOMU (marítimos) o el impresentable del “Pata” Medina de la UOCRA La Plata. Estos, como la mayoría de los caciques sindicales, viven como millonarios y organizan patotas y mafias para mantener su reinado sindical. Obviamente que han contado con la complicidad de policías, jueces, poder político y de los mismos empresarios. Es que, pese a que le tienen que pagar jugosas coimas a los burócratas, estos le garantizan mano de obra barata, en negro o tercerizada, y esa precarización no es solo salarial. Las condiciones de seguridad son inexistentes y por eso en los últimos años han muerto más de 1600 trabajadores de la construcción mientras la UOCRA mira para otro lado. El Pata Medina es el enemigo perfecto del macrismo en su cruzada “contra las mafias”. Su mujer (ex policía), sus hijos, también en la UOCRA, están involucrados. Uno de ellos baleó a un obrero del Astillero Rio Santiago porque no lo dejaban pasar en su auto de alta gama en una marcha. La segura intervención a la Seccional La Plata del gremio quedará en manos de Gerardo Martínez (UOCRA nacional) que fue miembro de los servicios de inteligencia de la dictadura genocida. El Pata es un principiante al lado del mafioso Gerardo Martínez. La diferencia es que este es amigo de Macri y después de la muerte del Momo Venegas es el sindicalista, junto a Lingeri, más apreciado por Cambiemos. Y como todos tienen prontuarios o están flojos de papeles, los amenazan con carpetazos si se hacen los díscolos.
Es la clase obrera, y especialmente su vanguardia, el sector más consciente, quien tiene que sacar a los burócratas de los sindicatos y recuperarlos como organizaciones de lucha. Nunca serán los capitalistas ni los gobiernos de los CEO, ni los que se digan “nacionales y populares” los que cumplan esa tarea. Ellos fueron los que estatizaron los sindicatos y corrompieron a los dirigentes para tener domesticado al movimiento obrero.
Nace el Movimiento de Agrupaciones Clasistas
“Se va a acabar la burocracia sindical” gritaban espontáneamente centenares de gargantas en el Hotel Bauen el sábado 23 cuando finalizó el Plenario del Movimiento de Agrupaciones Clasistas. Las agrupaciones sindicales combativas que impulsa el PTS junto a independientes en todo el país resolvieron juntarse en un agrupamiento nacional para coordinar y potenciar su accionar. La definición de clasistas, como se debatió en dicho Plenario, significa que las agrupaciones también deben definirse contra los representantes del ajuste capitalista y a favor de la independencia política de los trabajadores. El Plenario resolvió (entre otras medidas) apoyar a los candidatos del Frente de Izquierda (FIT) en las próximas elecciones de octubre (ver páginas centrales).
¿Qué se vota?
El 22 de octubre no se elige quien gobierna el país. No es Macri o Cristina. No, eso quieren instalar ambos con el apoyo de todos los medios de comunicación. Y de paso borrar a la izquierda, al Frente de Izquierda que es la fuerza nacional que pasó las PASO en las 22 provincias que se presentó.
En octubre se eligen los diputados (y senadores donde corresponda) nacionales y provinciales. El Frente de Izquierda convoca a que los trabajadores y el pueblo voten a los legisladores que serán su voz de reclamos en los parlamentos y que estarán en sus luchas poniendo el hombro como lo vimos en PepsiCo a Nicolás del Caño, Myriam Bregman, Christian Castillo o Patricio del Corro.
Votar a diputados de los trabajadores como Raúl Godoy en Neuquén o Alejandro Vilca en Jujuy o Noelia Barbeito en Mendoza que son garantía de que no te traicionarán. En Provincia de Buenos Aires hay que meter a Nicolás del Caño diputado. Ese es el desafío mayor. Estamos en la recta final de una polarizada elección. La izquierda tiene que entrar. Con tu esfuerzo lo lograremos. |