La negociación de Integra, año tras año, ha estado condicionada por la lucha y el resultado de la negociación del sector público, sin embargo, este año, los dirigentes de la ANEF –gran parte de ellos de la Nueva Mayoría- han preferido permitirle a la presidenta Michelle Bachelet que cierre tranquilamente su gobierno, y que se realice el proceso electoral sin ningún tipo de problema laboral.
Ya se visualiza que el gobierno no transará un aumento más allá del 2% -actualmente ofrece 1,9- lo cual expresa que a nivel nacional, la negociación de este año, ha sido "en frío" hasta ahora y de manera generalizada, sin paros, marchas o asambleas masivas. Es decir, sin participación de los trabajadores, y con todo el protagonismo puesto en los dirigentes, fortaleciendo con ello una dinámica de negociación a puertas cerradas.
El mismo escenario puede que comience a vivirse, sobre todo a contar de hoy –primera reunión de negociación 2017- en Integra, dónde a partir de lecciones de lucha anteriores, existe el temor de que el proceso de negociación esté condicionado por decisiones bilaterales por parte de algunos sindicatos.
En este sentido, la lucha que pueden dar como trabajadores está doblemente condicionada: 1)Por la pasividad a la que los dirigentes a nivel nacional arrastraron tanto al sector público como a algunos sindicatos de Integra, que en procesos anteriores han determinado la dirección de las movilizaciones con decisiones que no representan a las bases; 2)También por el hecho de tener que estar alerta a que no dejen la voz de los trabajadores y trabajadoras "abajo de la mesa", respondiendo al petitorio a destiempo, y básicamente poniéndolos en el último lugar (con “reuniones extraoficiales” y a puertas cerradas con los sindicatos por separado).
¿Esto quiere decir que no pueden hacer nada? Por supuesto que no. Es necesario llamar a todas las trabajadoras de Integra a organizar en cada jardín y lugar de trabajo asambleas por zona, eligiendo delegadas que puedan coordinarlas a todas, y así poder efectuar las medidas de lucha históricas tales como paros, marchas y asambleas comunes, en unidad todas las trabajadoras, dejándole claro al gobierno, y a cualquier dirigencia que quiera impedirlo, que las trabajadoras lucharán por sus derechos sin dejarse condicionar.
Así también, se vuelve necesario un llamado a los trabajadores y trabajadoras del sector público a tomar esta alternativa en sus manos, y no quedarse de brazos cruzados mientras se decide todo a sus espaldas. Los sindicatos deben ser organizaciones que defiendan los derechos de los trabajadores, no la tranquilidad y legitimidad de sus gobiernos. ¡Hay que luchar y avanzar hacia la unidad de los trabajadores y trabajadores! |